“Hemos visitado especialmente la vereda de Nueva Esperanza y algunos otros sitios aledaños, encontrando unas situaciones verdaderamente tristes. Si el invierno se prolonga, significa que todas estas personas que han tenido que abandonar sus casas, continúen habitando en viviendas improvisadas, especialmente en los lugares más altos, en carreteras y carreteables de las veredas. De modo que nos urge ser solidarios con todas estas personas”, exhortó.
El pasado 25 de agosto, las inundaciones producto del desborde del Río Cauca dejaron más de 2.226 damnificados en el Departamento de Sucre.
Según Mons. Clavijo, otras de las zonas afectadas por las lluvias son las veredas de los municipios de Guaranda, Majagual, Achí y otros municipios del sur de la región Bolívar. Del mismo modo, en la región del San Jorge, El Cauchal, en Sincelejito, La Sierpe y otros caseríos que quedan sobre la vía de la carretera, quedaron inundados.
Hasta el momento, el Secretariado Diocesano de Pastoral Social de la Diócesis de Sincelejo ha donado, gracias a una primera campaña de solidaridad, “más de 2.4 toneladas en ayuda alimentaria, útiles de aseo, medicamentos y ropa”, precisa un comunicado de la Conferencia Episcopal Colombiana (CEC).
Además, se espera que con las donaciones que sigan llegando, se prepare una nueva entrega en las comunidades de Sucre-Sucre, La región del Pansegüita y San Marcos.
Finalmente, se informó que los padres vicentinos presentes en esta zona de emergencia y un testigo de la comunidad recibieron las ayudas en la parroquia Santo Cristo de Guaranda. Una parte de estas tuvo como destino el municipio de Majagual, también afectado por el desbordamiento del río Cauca.
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