El Papa Francisco alienta a los cristianos a soñar una Europa libre de ideologías

VATICANO, 12 Sep. 21 (ACI Prensa).- El Papa Francisco alentó a la unidad de los cristianos para “soñar una Europa libre de ideologías” y para que sea “más fecundada por el Evangelio”.

Así lo dijo el Santo Padre este domingo 12 de septiembre en el encuentro ecuménico que se llevó a cabo en la Nunciatura Apostólica de Bratislava al pronunciar su primer discurso del viaje apostólico en Eslovaquia, en el que animó a “seguir adelante en el camino ecuménico, tesoro valioso e irrenunciable”.

“¿Cómo podemos desear una Europa que vuelva a encontrar las propias raíces cristianas si somos nosotros los primeros desarraigados de la plena comunión? ¿Cómo podemos soñar una Europa libre de ideologías, si no somos libres para anteponer la valentía de Jesús a las necesidades de los distintos grupos de creyentes?”, preguntó el Papa.

Tras expresar su alegría porque el primer encuentro del viaje en Eslovaquia sea con cristianos de diferentes confesiones, el Santo Padre indicó que “es un signo de que la fe cristiana es -y quiere ser- semilla de unidad y levadura de fraternidad en este país”, por lo que agradeció su testimonio de “querer seguir caminando juntos para pasar del conflicto a la comunión”.

Sin embargo, el Papa reconoció que “es difícil exigir una Europa más fecundada por el Evangelio sin advertir el hecho de que en el continente aún no estamos unidos plenamente entre nosotros, y sin preocuparnos unos de otros. Cálculos de conveniencia, razones históricas y vínculos políticos no pueden ser obstáculos inamovibles en nuestro camino”.

“El camino de sus comunidades ha vuelto a comenzar después de los años de la persecución ateísta, cuando no había libertad religiosa, o esta era duramente probada. Después, finalmente, llegó. Y ahora los une un tramo de camino en el que experimentan lo hermoso, aunque al mismo tiempo difícil, que es vivir la fe como personas libres. Existe en efecto la tentación de volver a ser esclavos, no ciertamente de un régimen, sino de una esclavitud todavía peor, la interior”, advirtió el Papa.

En esta línea, el Santo Padre destacó la importancia de la libertad y comentó el relato del escritor ruso Fiódor Dostoyevski, la Leyenda del Gran Inquisidor, en “Los Hermanos Karamazov” que dice: “Quieres ir por el mundo con las manos vacías, predicando una libertad que los hombres, en su estupidez y su ignominia naturales, no pueden comprender; una libertad que los atemoriza, pues no hay ni ha habido jamás nada más intolerable para el hombre y para la sociedad que ser libres”.

“Queridos hermanos, que no nos pase esto; ayudémonos a no caer en la trampa de contentarnos con pan y poco más. Porque este riesgo sobreviene cuando la situación se normaliza, cuando nos estabilizamos y nos acostumbramos, aspirando a mantener una vida tranquila. Entonces, a lo que se apunta no es más a ‘la libertad que tenemos en Cristo Jesús’, a su verdad que nos hace libres, sino a obtener espacios y privilegios. Que, según el Evangelio, es ‘pan y poco más”’, afirmó el Papa.

Por ello “desde el corazón de Europa”, el Pontífice pidió que los cristianos se pregunten “¿hemos perdido un poco el ardor del anuncio y la profecía del testimonio? ¿Es la verdad del Evangelio lo que nos hace libres o nos sentimos libres cuando conseguimos zonas de confort que nos permitan organizarnos y seguir adelante tranquilos sin mayores consecuencias?”.

“No nos interesemos solamente de lo que puede beneficiar a nuestras comunidades particulares. La libertad del hermano y de la hermana es también nuestra libertad, porque nuestra libertad no es plena sin él y sin ella”, indicó el Papa.

En este sentido, el Santo Padre recordó a los santos hermanos de Tesalónica Cirilo y Metodio para “que ellos, testigos de una cristiandad todavía unida e inflamada del ardor del anuncio, nos ayuden a proseguir en el camino cultivando la comunión fraterna entre nosotros en el nombre de Jesús”.

“Que nos ayuden los santos Cirilo y Metodio, ‘precursores del ecumenismo’ a prodigarnos por una reconciliación de las diversidades en el Espíritu Santo; por una unidad que, sin ser uniformidad, sea signo y testimonio de la libertad de Cristo, el Señor que desata los nudos del pasado y cura del miedo y las inseguridades”, señaló el Papa.

Luego, el Pontífice subrayó que para “difundir el Evangelio de la libertad y de la unidad hoy” es necesaria “la contemplación” que es distintivo de los pueblos eslavos y “que Europa tanto necesita” para volver a encontrar “la belleza de la adoración de Dios y la importancia de no concebir la comunidad de fe principalmente sobre la base de una eficiencia programática y funcional”.

Finalmente, el Santo Padre resaltó que “la unidad no se obtiene tanto con los buenos propósitos y con la adhesión a algún valor común, sino haciendo algo juntos por los que nos acercan más al Señor” por lo que pidió “compartir la caridad abre horizontes más amplios y ayuda a caminar más ligeros, superando prejuicios y malentendidos”.

“Que el don de Dios esté presente en las mesas de cada uno para que, mientras no compartamos la misma mesa eucarística, podamos al menos acoger juntos a Jesús sirviéndolo en los pobres. Será un signo más evocador que muchas palabras, que ayudará a la sociedad civil a comprender, especialmente en este período de sufrimiento, que sólo estando de parte de los más débiles todos saldremos en verdad de la pandemia”, exhortó el Papa.

Viaje a Budapest y Eslovaquia

El Papa Francisco comenzó su 34 viaje apostólico internacional este domingo. Visitó Budapest, la capital de Hungría, en donde clausuró con una Misa el 52 Congreso Eucarístico Internacional en la que animó a dejar “que el encuentro con Jesús en la Eucaristía nos transforme”.

“No nos resignemos a una fe que vive de ritos y de repeticiones, abrámonos a la novedad escandalosa de Dios crucificado y resucitado, Pan partido para dar vida al mundo. Entonces viviremos en la alegría; y llevaremos alegría”, invitó en su homilía el Papa.

Al término de la Eucaristía, el Santo Padre dirigió el rezo del Ángelus y recordó la beatificación

en Polonia

del mentor de San Juan Pablo II, el Cardenal Cardenal Stefan Wyszyński,

y de la madre Elżbieta Róża Czacka, a quienes propuso como ejemplos porque son

dos personas “que conocieron de cerca la cruz” por lo que rezó para “que el

ejemplo de los nuevos beatos nos estimule a transformar las tinieblas en luz con la fuerza del

amor”. 

La visita a Eslovaquia concluirá el miércoles 15 de septiembre con la celebración de la Santa Misa en el Santuario Nacional de Nuestra Señora de los Dolores en Šaštin, Patrona de Eslovaquia.

Otros de los eventos previstos en la visita papal son el encuentro del Pontífice con los obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, seminaristas y catequistas en la catedral de San Martín de Bratislava; la visita privada al “Centro Belén” de Bratislava, en donde encontrará personas sin hogar y enfermos que son asistidos por las Misioneras de la Caridad; un encuentro con la comunidad judía; la liturgia divina de San Juan Crisóstomo en la plaza de la Mestská športová hala de Prešov; un encuentro con la comunidad rom en el barrio Luník IX de Košice y la reunión con los jóvenes en el Estadio Lokomotiva de Košice.

El Papa Francisco es el segundo Pontífice en realizar un viaje apostólico a estos países. San Juan Pablo II visitó Hungría en 1991 y 1996, y Eslovaquia en 1990, 1995 y 2003.

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