En una pregunta sobre la corrupción en las finanzas vaticanas y el caso Becciu realizada por el periodista Carlos Herrera en la entrevista emitida este miércoles 1 de septiembre por la cadena COPE, el Papa explicó que el Cardenal “va a juicio según la legislación vaticana”, pero expresó que “quiero de todo corazón que sea inocente”.
“Además, fue un colaborador mío y me ayudó mucho. Es una persona a la que tengo cierta estima como persona, o sea que mi deseo es que salga bien. Pero es una manera afectiva de la presunción de inocencia, vamos. Además de la presunción de inocencia, tengo ganas de que salga bien. Ahora, la justicia es la que va a decidir”, aseguró.
El juicio contra el Cardenal Becciu y otros nueve acusados dio comienzo el pasado martes 27 de julio por un caso que tiene como principal elemento la compra de un edificio en Londres por parte del Vaticano en 2014 para su transformación en apartamentos de lujo y supuestas ayudas del Cardenal a sus hermanos y colaboradores.
El Cardenal Becciu, que entonces ocupada el cargo de Sustituto de la Secretaría de Estado del Vaticano, está acusado de haber destinado dinero del Instituto de Obras de Religión y del Óbolo de San Pedro para la operación en Londres.
Al trascender las acusaciones en los medios de comunicación, el Cardenal renunció el 24 de septiembre de 2020 a su cargo de prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos y a los derechos al cardenalato.
El Papa Francisco, preguntado sobre cómo atajar la corrupción en el Vaticano, respondió a COPE que “hay que poner todos los medios”.
El Santo Padre recordó que los casos de corrupción en las finanzas vaticanas no son nuevos y que la Santa Sede lleva años lidiando contra ello. “Es una historia vieja”, afirmó, y se refirió a los casos del Arzobispo Paul Marcinkus, director del Instituto de Obras de Religión entre 1971 y 1989 vinculado a varios escándalos, y a otros.
“Es una enfermedad en la que se recae”, afirmó sobre la corrupción. “Creo que hoy día se ha progresado en la consolidación de la justicia del Estado Vaticano. Desde hace tres años se fue avanzando de tal manera que la justicia fuera más independiente, con los medios técnicos, incluso con declaración de testigos grabados, las cosas técnicas actuales, nombramientos de jueces nuevos, del ministerio público nuevo..., y esto fue llevando adelante las cosas. Y ayudó”.
Explicó que “la estructura ayudó a enfrentar esta situación (el caso Becciu) que parecía que no iba a existir nunca”.
Reveló, además, detalles novedosos sobre cómo se destapó este caso de corrupción: “Todo empezó con dos denuncias de personas que trabajan en el Vaticano y que en sus funciones vieron una irregularidad”.
Estos funcionarios “hicieron una denuncia y me preguntaron qué se hace. Yo les dije: ‘Si quieren ir adelante tienen que presentarlo al fiscal’”.
“Era un poco desafiante la cosa, pero eran dos personas de bien, estaban un poco acobardadas y entonces como para darles ánimos metí mi firma debajo de la de ellos. Para decir: este es el camino, no le tengo miedo a la transparencia ni a la verdad. A veces duele, y mucho, pero la verdad es lo que nos hace libres. Así que esto fue simplemente”.
“Ahora, que de aquí a algunos años aparezca otro… Esperemos que estos pasos que estamos dando en la justicia vaticana ayuden a que cada vez menos sucedan estos hechos que... Sí, usted usó la palabra corrupción y en este caso obviamente que, al menos en la primera vista, parece que la hay”, concluyó su respuesta.
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