En un reciente artículo, Patti Maguire Armstrong, escritora galardonada, madre de 10 hijos y coautora de Amazing Grace Series y otros libros para ayudar a crecer en la fe en la vida cotidiana, señaló en National Catholic Register que “el intento de CNN de abordar el tema de la vida después de la muerte fue muy deficiente”.
Ante los millones de personas que sufren hoy la pérdida de sus seres queridos por la pandemia, el sitio web de CNN publicó un artículo titulado “Perdieron a sus seres queridos a causa del COVID-19. Luego volvieron a saber de ellos”.
En este artículo se relatan experiencias sobrenaturales después de la muerte, explicadas solo desde lo que se conoce en la psicología como ADC o “comunicaciones después de la muerte” (del inglés “after death communications”).
En el texto se describen eventos que van desde la supuesta aparición de familiares muertos en sueños vívidos, un repentino olor a la fragancia usada por el ser querido fallecido, y hasta encuentros más personales como el ser tocado por un difunto, escuchar una voz o ver una silueta humana.
El texto explica que las ADC ocurren después de tragedias masivas como los ataques terroristas contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre, o el tsunami que azotó Japón en 2011 y dejó al menos 20 mil fallecidos. Muchos afirmaron haber visto a sus muertos, e incluso se “hizo un libro y un documental sobre esta ciudad de fantasmas deambulantes”, indicó.
Además, indica que las ADC podrían ocurrir para que “los familiares fallecidos puedan asegurar a sus seres queridos que se reunirán con ellos, o que estarán allí para recibirlos y saludarlos cuando mueran, o incluso ayudarlos en la vida o la muerte”.
Primero, ¿qué dice la Iglesia Católica?
Para Maguire, el abordaje “fue muy deficiente”, pues omite toda relación con Dios, la religión, la oración o el purgatorio. Además, le llama la atención que CNN afirme con “naturalidad” y de forma peligrosa, que mucha gente recurra “a prácticas ocultas como la Ouija y médiums en un intento de contactar a los muertos”.
“Ni una sola vez se mencionó a Dios, creador de todas las almas. Tampoco apareció la palabra ‘alma’ en ninguna parte. Tampoco hubo la menor advertencia de mantenerse alejado de lo oculto”, dijo la escritora, que recordó que Dios prohíbe en la Biblia las prácticas ocultas, y que, “a veces, un demonio disfrazado” se presenta como un fallecido.
En el libro del Deuteronomio se indica lo siguiente: “Que no haya entre ustedes nadie que inmole en el fuego a su hijo o a su hija, ni practique la adivinación, la astrología, la magia o la hechicería. Tampoco habrá ningún encantador, ni consultor de espectros o de espíritus, ni evocador de muertos. Porque todo el que practica estas cosas es abominable al Señor, tu Dios, y por causa de estas abominaciones, él desposeerá a esos pueblos delante de ti”.
De igual modo, la escritora recordó que en los Hechos de los Apóstoles San Pablo condenó a Elimas, el mago, llamándolo “hijo de Satanás y enemigo de todo lo recto”.
Además, el Catecismo señala en su artículo 2116 que “todas las formas de adivinación deben rechazarse: el recurso a Satán o a los demonios, la evocación de los muertos, y otras prácticas que equivocadamente se supone ‘desvelan’ el porvenir”.
Explica que “la consulta de horóscopos, la astrología, la quiromancia, la interpretación de presagios y de suertes, los fenómenos de visión, el recurso a ‘mediums’ encierran una voluntad de poder sobre el tiempo, la historia y, finalmente, los hombres, a la vez que un deseo de granjearse la protección de poderes ocultos”; y afirma que “están en contradicción con el honor y el respeto, mezclados de temor amoroso, que debemos solamente a Dios”.
¿Los católicos vivimos estas experiencias?
Maguire recordó que San Pío de Pietrelcina solía decir que las almas del purgatorio se le aparecían y le pedían oraciones. Al respecto, afirmó que los católicos también debemos rezar por ellas, porque podrían estar en el purgatorio siendo purificadas de sus pecados. Recuerda que el libro del Apocalipsis asegura que “nada impuro puede entrar al cielo”, dijo.
Además, señaló que los católicos sabemos que es posible rezar a Dios por nuestros muertos, y que ellos pueden orar por nosotros, porque en ocasiones Dios nos permite el consuelo de nuestros seres queridos fallecidos.
En el libro “Amazing Grace for Fathers”, el Dr. Thomas “Tim” Armstrong relató cómo fue que tras la muerte de su suegro ‘J.D’, un fumador de puros al que sus nietos llamaban ‘Pawpaw’, él y su familia vivieron una gracia de Dios inexplicable.
Tim narró que semanas después de su muerte, “nuestro hijo Thomas, que entonces tenía cinco años, proclamó con total naturalidad que sabía que 'Pawpaw' estaba bien, porque lo había visto en la esquina de la habitación la noche anterior”; pero no le creyeron, pues sabían que el niño extrañaba a su abuelo y quería “verlo en el cielo”, señaló Maguire.
Sin embargo, un día que regresaban a casa en el auto con sus hijos, Tim dijo que ambos percibieron súbitamente el olor exacto del humo de cigarro de la marca que fumaba su suegro. Como las ventanas estaban cerradas y no había evidencias del origen del humo, ambos se quedaron estupefactos y sus hijos comenzaron a exclamar ‘Pawpaw’, agregó.
Tim dijo que era la primera vez que ambos experimentaban “la cálida y relajante paz” que tanto necesitaban y que “fue una afirmación de que Dios estaba allí, y J.D. también”, un “momento de Dios”, donde la “única explicación es la asombrosa gracia de Dios”, señaló.
¿Qué dicen los exorcistas?
Maguire dijo que en el artículo “Two Exorcists Weigh In On Ghosts and Haunted Houses”, el P. Vincent Lampert, un exorcista de la Diócesis de Indianápolis, relató la experiencia de una mujer que temía que su exesposo fallecido la acechara.
El exorcista relató que el matrimonio de la mujer terminó por la infidelidad de su esposo, que tras sufrir una enfermedad terminal, se arrepintió y pidió perdón a su esposa. Sin embargo, como ella no tenía intención de perdonarlo, solo le dijo: “¡Púdrete en el infierno!”.
Después de la muerte del esposo, la mujer encontraba los muebles movidos, pese a que vivía sola; y era muy desconcertante para ella ver reaparecer en su mesa una vieja foto de su boda, pese a que la guardaba cada vez que ocurría el extraño suceso.
Tras evaluar la situación, el P. Lampert dijo que Dios le estaba permitiendo dar a conocer su presencia a su exesposa, pues estaba en el purgatorio y necesitaba de oraciones. Así que la convenció de perdonarle y rezó “por él junto con ella y todo se detuvo”, señaló.
Maguire señaló que el P. Lampert afirmó que esas experiencias sucedían con frecuencia. “He celebrado Misas en lugares donde suceden este tipo de cosas y eso suele solucionarlo”, dijo. “Cuando rezamos por la persona en la Misa y todo se calla, entonces sabemos que esto es lo que se necesitaba. Creo que las almas pueden actuar en esta realidad si necesitan oraciones y Dios lo permite”, agregó.
Además, dijo que muchas personas le informan sobre cosas extrañas que suceden en sus hogares. “Si es un alma que está atrapada, está buscando oraciones y tratando de llamar la atención de la gente […]. Necesita esas oraciones para avanzar a donde debe estar”, indicó.
En conclusión, para Maguire “los ADC reportados por CNN son en realidad almas en el purgatorio que necesitan oraciones”. Así que, como católicos, si bien podríamos asustarnos o sentirnos consolados en estas situaciones, la mejor reacción es rezar por las almas de nuestros difuntos y por todas las almas del purgatorio que no tienen a nadie que rece por ellas.
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