“Todavía no hay una reacción mayor por parte del Estado en cuanto al combate contra el narcotráfico y en hacer tomar conciencia a toda la sociedad de que debemos luchar contra esto”, denunció el Obispo que conduce una de las diócesis más pobres del país y donde el narcotráfico se hace presente con el aterrizaje de aviones ilegales que descargan cargamentos de droga.
“Me parece que esa batalla la estamos perdiendo y por eso aquí ponemos énfasis en lo poquito que podemos hacer en lo personal para prevenir y el descubrimiento de Jesús como forma de salvación. Es llamativa la facilidad con la que entran en nuestros lugares aquellos que traen las drogas”, alertó.
Mons. Uriona indicó que existen en la sociedad algunos signos positivos en torno a las adicciones. “Estamos tomando conciencia que la droga mata y destruye y por eso tenemos que ir mostrándolo de manera que los adolescentes que son muy vulnerables puedan ver que ese no es un camino de solución a las angustias y sus problemas sino que lo embarra más”, señaló.
El Prelado exhortó a todos los fieles a involucrarse en este problema y apoyar a los jóvenes que han caído en la droga. “Cuando la ayuda viene del prójimo, me parece que es más fuerte su efecto porque la ayuda, el consejo o el acompañamiento fortalece mucho más”, afirmó.
Mons. Uriona lamentó que falten lugares en su diócesis que ayuden a la recuperación de los que caen en las drogas, pero destacó que se esté comenzando a trabajar mancomunadamente con docentes y directivos de escuelas para fomentar la prevención. “Motivo a no bajar los brazos en este desafío y a seguir estando cerca de nuestros chicos”, exhortó.
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