Crédito fotográfico: iStockphoto and franckreporter vía Mashable. |
Desde que fue revelada la temática central del sínodo se ha especulado casi de modo exclusivo sobre el acceso a la comunión por parte de personas divorciadas civilmente y unidas a otras en nuevas nupcias civiles. El texto base, sin embargo, va mucho más allá de esa problemática específica. Un ejemplo de particular interés es la tratativa dispensada al binomio familia-medios de comunicación.
La relación entre medios de comunicación y familia es tocada en la segunda parte del documento (intitulada «La pastoral de la familia frente a los nuevos desafíos»), concretamente en el apartado «Situaciones críticas internas a la familia». Son dos los números que hablan más específicamente sobre «Dependencias, medios de comunicación y redes sociales»: el 68 y el 69.
El número 68 introduce al tema centrándose en las dependencias a internet y redes sociales y los problemas relacionales que de esto se derivan:
«De hecho, televisión, smartphone y ordenadores pueden resultar un impedimento real al diálogo entre los miembros de la familia, al alimentar relaciones fragmentadas y alienación: también en la familia se suelen comunicar cada vez más mediante la tecnología. De este modo, se acaban viviendo relaciones virtuales entre los miembros de la familia, en las que los medios de comunicación y el acceso a internet sustituyen cada vez más las relaciones […] existe la posibilidad de que el mundo virtual se convierta en una auténtica realidad sustitutiva […] las respuestas subrayan reiteradamente que estos instrumentos se apoderan incluso del tiempo libre para la familia».
El número 69 subraya el overload informativo que consiste en «el aumento exponencial de la información recibida, al que con frecuencia no corresponde un aumento de su calidad, junto a la imposibilidad de verificar siempre la credibilidad de las informaciones disponibles on line».
En el primer caso se puede agregar una consideración más: estamos ante las primeras generaciones que están siendo «criadas» digitalmente pues en muchos hogares se convive sólo mediáticamente, es decir, sólo a través de dispositivos móviles, reacciones traducidas en «me gusta», «tuits» o cortos mensajes de whatsapp privados de auténtico sentido relacional pero que dan la impresión psicológica de proximidad. En el segundo caso podemos pensar en la saturación noticiosa como auténtica fuente de obesidad informativa que, a la larga, forma personas incapaces de discernir, juzgar y emitir valoraciones ponderadas. Que estos fenómenos sean vistos como situación crítica interna a la familia supone pensar en que sólo desde dentro de ella se pueden dar soluciones auténticas. En este sentido, el documento al que aludimos no hace sino ponerlas en evidencia.
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