Una vez detenido el vehículo, el Santo Padre descendió, se acercó al niño, que se encontraba recostado en una camilla móvil, lo bendijo, lo besó y saludó a la familia y a los niños que lo rodeaban.
“¡Bravo, Papa Francisco!”, exclamaban conmovidas las personas que lo rodeaban.


Publicar un comentario