El asesinato habría sido una “vendetta” (venganza) contra la madre del pequeño, que se encuentra en prisión por un proceso relacionado con la mafia.
Ya el 26 de enero el Santo Padre expresó su oración por el pequeño y señaló que “este ensañamiento sobre un niño tan pequeño parece no tener precedentes en la historia de la criminalidad”.
“Rezamos con Cocó, que seguramente está en el cielo. Por las personas que cometieron este delito para que se arrepientan y se conviertan al señor", dijo en esa ocasión.
El Obispo de Cassano all'Jonio, región de Calabria, Mons. Nunzio Galantino, que acompañó al Papa en su visita pastoral, Francisco “ha rezado mucho y está orando por Cocó”, así como “por todos los niños víctimas de este sufrimiento”.


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