Con motivo de su 105° Asamblea Plenaria, los prelados peruanos inician este mensaje expresando su preocupación por el incremento de robos, asaltos y asesinatos que desconciertan a la sociedad. Así como por el hacinamiento de los centros de reclusión que reproduce y alienta la violencia, en medio de la corrupción política.
“La conjunción entre corrupción, narcotráfico e inseguridad ciudadana genera un círculo vicioso que aniquila personas, violenta los derechos humanos, destruye la naturaleza, debilita nuestras frágiles instituciones sociales y políticas, y frena el desarrollo integral de un país”, expresaron.
Posteriormente animan a trabajar por la paz que significa “luchar contra la corrupción en todas sus formas”, siguiendo la línea del Papa Francisco, quien afirmó que esta realidad “se ha vuelto natural al punto de llegar a constituir un estado personal y social ligado a la costumbre”.
Luego citan al documento de Aparecida cuando advierte que “la paz es un bien preciado pero precario, que debemos cuidar”. Por ello sostienen que “no habrá paz duradera y sostenida si no hay en cada uno de nosotros la firme decisión de construir la paz”.
“Llamamos a todas las instituciones sociales a redoblar sus esfuerzos para hacer de este valor un eje transversal de su planeamiento en el próximo quinquenio”, convocaron.
“Las nuevas generaciones, en particular los jóvenes, son actores fundamentales en la construcción de la paz. Sus derechos, también los laborales, deben ser respetados a fin de que se pueda garantizar su adecuada inserción en el desarrollo integral del país”, añadieron.
Luego se dirigieron a los medios de comunicación, que juegan un rol clave en la generación de una cultura de paz diciéndoles que no pueden difundir información bajo el criterio de “lo que vende” o “lo que le gusta a la gente” porque un consenso para la paz requiere una comunicación social autorregulada por valores éticos.
“¡No a una comunicación que resalta la violencia cotidiana y corrompe el corazón y la dignidad de las personas! ¡Sí a la bondad, solidaridad y búsqueda de la paz que están presentes en la vida cotidiana de muchos conciudadanos!”, exhortaron.
A las autoridades les recordaron que deben cumplir un rol activo y eficaz frente a la delincuencia y sus redes, dentro de un marco jurídico coherente y de respeto a los derechos de las personas, escuchando el clamor de los pobres.
“No son cristianos ni buenos políticos aquellos que, aunque llamándose tales, terminan envueltos en las redes de la corrupción, el narcotráfico y la violencia… Convocamos a los cristianos auténticos y a todas las personas de buena voluntad a comprometerse políticamente para una urgente reforma del Estado y una participación ética de la ciudadanía”, señalaron.
Por último invitaron a conformar mesas interinstitucionales de diálogo, reflexión y acción por la paz del país. Todo esto pidiendo la intercesión de Jesús resucitado y de María, Reina de la Paz.
El texto completo se encuentra en http://www.iglesiacatolica.org.pe/cep_prensa/archivo_documentos/comunicado-inseguridad-paz_230115.pdf
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