Fueron en total unos 150 artistas del Circo Medrano, quienes le saludaron con trucos de ilusionismo y malabarismos. Uno de los que participó en la presentación se acercó al Santo Padre para hacerlo participar de uno de los números.
“Hace ciento cincuenta años que damos la vuelta al mundo humildemente, y nos sentimos cercanos al mensaje de amor y de fraternidad llevado por Jesús: además, también él dio muchas vueltas durante su predicación”, explicó al diario vaticano L’Osservatore Romano (LOR) Davio Casartelli, uno de los directores del circo.
Soldados de la ONU
Asimismo, el Pontífice recibió a 60 soldados de las Fuerzas de Paz de la ONU, conocidas como los cascos azules, con motivo de la audiencia general celebrada el 28 de enero en el Aula Pablo VI del Vaticano.
Los soldados llegaron acompañados de su capellán, de origen argentino, el P. Rafael Mélida, y el Papa Francisco estrechó sus manos y se detuvo para bendecir una fotografía que le extendieron.
“Estamos adiestrados para la guerra, pero trabajamos por la paz”, explicó el teniente coronel Claudio Cervigni al diario de la Santa Sede, L’Osservatore Romano (LOR).
El escuadrón militar estaba formado por argentinos, chilenos y paraguayos, quienes trabajan actualmente en la Línea Verde, una zona desmilitarizada que divide la isla de Chipre.
Los soldados llevaron al Papa sus boinas azules, señal militar que expresa el compromiso por afirmar la justicia y la convivencia pacífica entre los pueblos.
En efecto, la tarea de los cascos azules consiste en crear y mantener la paz en áreas de conflictos, monitorear y observar los procesos pacíficos y brindar asistencia a ex combatientes en la implementación de tratados con fines pacíficos.
“Misioneros” japoneses saludan al Papa
Además, cuatro jóvenes japoneses, provenientes de la Prefectura de Nagasaki, saludaron al Papa durante su recorrido inicial por el Aula Pablo VI. Los nipones vistieron con kimonos y bandas, como los cuatros jóvenes estudiantes que en 1952 el jesuita Alejandro Valignano, misionero en Oriente, envió a estudiar a Roma.
En su saludo a los fieles, y como cada miércoles, el Santo Padre también saludó a muchos ancianos y personas con necesidades especiales, a quienes estrechó las manos y bendijo.
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