En el texto el Prelado invita a recibir en el corazón a María como lo hizo San Juan: “cada uno de nosotros debemos tomar a María en nuestra ‘propia casa’ en nuestras vidas. Debemos tener una profunda relación personal con ella, una relación de amor, de afecto, de devoción y de confianza”, indicó.
Para Mons. Gómez, el mejor ejemplo de acogida a María es Cristo porque en el Evangelio se aprecia actitudes de ambos. Por ejemplo, en la Anunciación, la Virgen acepta ser la madre del Mesías diciendo: “Hágase en mí según tu palabra”; y durante la Agonía en el Huerto, Jesús ora: “No se haga mi voluntad sino la tuya”.
Otra actitud que el Arzobispo pide imitar es la reflexión: “podemos aprender mucho de la costumbre que tenía María de reflexionar sobre la vida de su hijo. El Evangelio nos dice que ella valoraba inmensamente sus palabras y meditaba acerca del significado de las acciones de Él: ‘Guardaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón’”.
Mons. Gómez concluye sugiriendo a los fieles realizar prácticas marianas, como el rezo del Santo Rosario o la oración “Acordaos”, con el fin de acercarnos más a María y así profundizar la devoción.
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