Como no habíamos tenido suficiente con la bronca continua durante dos años largos acerca de la comunión de los divorciados vueltos a casar. Como no han hecho suficiente daño a los fieles que, independientemente de su sensibilidad eclesial, han asistido al espectáculo de unos obispos diciendo una cosa y otros la contraria en algo que afecta, ni más ni menos, que a tres sacramentos. Como no les ha bastado con la manipulación lamentable del sínodo extraordinario -recordemos ese engendro herético de Relatio intermedia- y el semifallido intento de manipulación del sínodo general, del que advirtieron al Papa un grupo de cardenales. Como, en definitiva, la Relatio final del sínodo recién terminado no es sino un intento burdo de conciliar lo irreconciliable -posturas ortodoxas y heterodoxas-, el supuesto y falso consenso ha saltado hecho pedazos.
Ahora tenemos a unos cardenales y obispos diciendo que la Relatio final abre las puertas a la comunión de algunos divorciados y vueltos a casar y a otros diciendo exactamente lo contrario. ¿Y para eso han celebrado ustedes un sínodo? ¿para eso han llegado a un acuerdo sobre el texto final?
Ni que decir tiene que la verdad está de lado de los que, Dios les bendiga por ello, defienden que el texto no dice nada de la comunión de los adúlteros -así los llama Cristo-, con lo cual se mantiene la doctrina. Pero eso ya da igual. Es una auténtica vergüenza, una falta de respeto a Dios, a la Iglesia y, a los fieles, que esos señores que son nuestros pastores sigan peleándose como gallos de corral a la vista de todo el mundo.
No tienen ustedes perdón de Dios. Están ustedes llevando a la confusión, por no decir a la desesperación, a millones de fieles. No tienen vergüenza. No tienen derecho a hacer lo que están haciendo.
¡Basta ya de jugar con nuestra fe, con nuestra Iglesia, con la salvación de millones de almas! ¿Es que han perdido todo temor de Dios? ¿Es que no saben que un día, no muy lejano dado la edad de la mayor parte de ustedes, van a tener que dar explicaciones al Salvador de lo que están haciendo? ¿qué están haciendo con el rebaño que Cristo les ha encomendado? ¿dónde piensan esconderse cuando Dios, desde lo alto, les pida explicaciones?
Él, conociendo sus pensamientos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo va a la ruina y cae casa sobre casa».
Lucas 11,17Pues, como dice la Escritura: “Por culpa vuestra es blasfemado el nombre de Dios entre los gentiles“.
Romanos 2,24
Exsurge Domine et iudica causam tuam.
Luis Fernando Pérez Bustamante
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