Incorrecto, imponer Leyes sin consenso

A todos nos involucra
Una cuestión nacional

22_3

Pbro. Armando González Escoto
Universidad del Valle de Atemajac

“El gasolinazo”. Así se le ha llamado al más reciente golpe que la economía de los mexicanos ha recibido desde los inicios del Año Nuevo, y el otro golpe ha sido la dramática devaluación del Peso. Las protestas han sido múltiples y generalizadas, porque subir tan notablemente el precio de los combustibles sí afecta realmente a toda la población:

1No solamente quienes tienen auto son afectados, ya que todo en este país se transporta con base en los combustibles. De ahí que aumentar su costo, incrementa inevitablemente el precio de cuanta mercancía deba trasladarse, como también incide en el transporte público; pero, además, sube el costo de la producción industrial, agrícola y artesanal.

2La venta de combustibles es un negocio exclusivo del Gobierno; alzar su costo es aumentar la percepción para sus arcas. Dicho de otra manera, el Gobierno necesita más dinero, y la forma más efectiva de obtenerlo es encarecer los combustibles.

3No es que los precios internacionales de la gasolina hayan subido; al contrario, la tendencia mundial es a la baja; lo que subió en México es el impuesto gubernamental al producto; sin tal impuesto, la gasolina andaría en nueve pesos por litro, ya con ganancia para productores e intermediarios.

4Ha sido decisión del Gobierno Mexicano decir No a la conservación y aumento del número de refinerías, lo cual nos obliga a comprar gasolina a Estados Unidos a precio ciertamente más caro, por la devaluación de la moneda mexicana. Así, mientras que en México subsisten seis refinerías, en Estados Unidos hay más de 150, pero aquí los asesores del Gobierno dijeron que las refinerías no son negocio y ya vendieron cuatro.

5Desde luego, la devaluación del Peso mexicano nada tiene qué ver con la caída del precio mundial del petróleo, sino con el sobreendeudamiento en que ha incurrido el mismo Gobierno Federal, de tal modo que si al inicio del actual sexenio México debía seis millones de millones, ahora ya debe nueve millones de millones de pesos; cifra estratosférica que no podía sostener ya el valor de nuestra moneda, y que no podría pagarse ni con todo el presupuesto anual de la Federación, que fue de cuatro millones de millones de pesos.

6La grave devaluación de nuestra moneda provoca que perdamos poder adquisitivo y que todo cueste más, sobre todo si consideramos la cantidad de alimentos, tecnología y servicios que importamos y pagamos en dólares, ahora mucho más caros. Tal devaluación convierte en polvo el aumento al salario mínimo, igual que nulifica el ahorro de los mexicanos y vuelve inútil su esfuerzo cotidiano por trabajar y sobrevivir.

7En contraste, el Consejero Presidente del Instituto Nacional Electoral percibirá un sueldo mensual de 249,262 pesos, y sus 15 Consejeros, no menos de $162,260, haya o no Elecciones. El costo por mantener una Cámara de Senadores para 2017 será de 20 millones de pesos diarios; las partidas otorgadas a los principales partidos políticos para 2017 son: para el PRI, mil 43 millones de pesos; al PAN, 791 millones, y al PRD, 477 millones. Morena dispondrá de 400 millones para seguir gastándolos en giras y anuncios sobre “la revolución en la granja”. Solamente la Oficina de la Presidencia recibirá, en este año, 19,678 millones. Los Diputados recibirán, adicionalmente, 10 mil pesos mensuales en vales para gasolina. ¿Qué puede importarles a estos señores el aumento del combustible? ¿Cómo con este tipo de gastos puede el país salir de la emergencia económica?

Cartón gasolinazo

Mejor al grano
Éstas y tantas otras cifras vuelven irrelevante y poco admisible el discurso del Presidente de la República invitando a la austeridad social, pero sin el respaldo de la austeridad gubernamental. Un verdadero compromiso de parte del Estado Mexicano ante la Sociedad debería, entonces, incluir:
•Supresión de todas las asignaciones a partidos políticos y sindicatos.
•Reducción de los salarios de la alta burocracia a lo que percibe un profesionista normal, lo cual incluye al Presidente, Gobernadores, Alcaldes, Ministros de la Suprema Corte de Justicia, Diputados y demás, sujetando las percepciones a los resultados.
•Abolición de la Cámara de Senadores.
•Limitar el número de Diputados Federales a cien, y hacer limitaciones similares en los Congresos Locales.
•Reducir el número de Regidores Municipales.
•Establecer que el Instituto Nacional Electoral funcione solamente para los períodos electorales y con salarios igualmente modestos.
•Revisar, y en su caso suprimir, todos los Institutos Federales, cuyo número ronda los tres mil, y todos con presupuesto.
•Evitar cualquier inversión en obras suntuarias, incluidas plazas, zonas peatonales, monumentos y otros lujos que no estamos para darnos.
•Normar para que todos los funcionarios, incluidos los de alto rango, atiendan su salud en las mismas instituciones en que lo hacen los trabajadores mexicanos.
•Prohibir bonos, compensaciones extraordinarias, dietas, primas, paquetes, y cualquier otro tipo de prestaciones fuera de la Ley, así como la pretensión de legalizarlas.

Causas de fondo
Finalmente, debemos entender que el “gasolinazo” no es el verdadero problema del país, sino sólo uno de sus efectos. El problema de raíz es la depravación del sistema político mexicano, que se agudizó desde ya hace más de treinta años por las siguientes razones:

•Se reformaron las Leyes para facilitar el acceso a la función pública sin que importara ya ni la edad mínima ni la preparación pertinente para el cargo a desempeñar.
•Esta ineptitud de los nuevos funcionarios de los Tres Poderes se trató de sanar contratando asesores, pero como éstos resultaron ser los parientes, amigos o recomendados de los asesorados, se hizo necesario contratar otros asesores para los asesores, creciendo así la mancha burocrática.
•Este mal ejemplo acabó replicándose por todas partes, por lo cual México paga maestros que no saben enseñar, legisladores que no saben legislar, gobernantes que no saben gobernar, y una multitud de funcionarios que no funcionan. Inevitablemente, el costo de la función pública se hizo desproporcionado y, a la vez, ineficaz.
•Por si fuera poco, a estos funcionarios de primer y segundo niveles se les dotó no sólo de salarios estratosféricos, sino de una serie de percepciones añadidas que no es ya posible sufragar si no es a costa de aumentar impuestos, como se ha visto.
Para que ocurra un verdadero cambio, es indispensable el surgimiento de una ciudadanía que grite menos y actúe más, una ciudadanía solidaria y comprometida con el bien de todos, sin lo cual no puede darse el bienestar individual.

Estufa ecológica DIF Jal EDIT

Etiquetas:

Publicar un comentario

[blogger][facebook]

Agencia Catolica

Forma de Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets