Mi viaje a la fría Huesca, mi tierra


Hace unos días viajé a mi tierra: Huesca. Fueron unos días felices. Felices, ante todo y sobre todo, por la amistad de quien me acompañaba. Amistad a la que llamaré Bogdan. En mi blog soy muy cuidadoso de mantener la intimidad de las personas que me acompañan en mis viajes largos, excursiones cortas o cenas. En las fotos sólo aparecen quienes quieren aparecer.
Bogdan fue un lector que apareció en mi vida hace años. Vivía lejos, pero cuando nos encontramos nació una amistad que estoy convencido de que seguirá para toda la vida con la misma intensidad.
No voy a extenderme en las virtudes y cualidades de Bogdan, pero realmente es una de las personas a las que más quiero sobre este planeta. Por eso compartí estos días con él en la felicidad de unas montañas y bosques sencillamente espectaculares. El frío hubiera echado atrás a cualquiera que no fuera Bogdan y yo. Sólo había que ver los muros de carámbanos flanqueando la carretera hacia san Juan de la Peña para ver el frío que hacía. El frío se veía. Incluso al mediodía la temperatura no subía de 6º.
Moviéndonos durante el día no se sentía el frío, el cuerpo se calienta rápido. Pero por la noche la mordedura del aire se sentía de forma agresiva. En los pueblos del Pirineo, no había ni un alma por las calles desde las seis de la tarde. Por si alguien piensa que exagero, este sábado en Benasque hará -12º. Aunque nosotros nos movíamos por la noche a unos -4º. Yo voy sin gorro porque en la cabeza no siento frío. Cosa rara, casi todos los calvos sienten frío en esa parte. Si me pongo gorro, empiezo a sudar en esa parte de mi cuerpo.

La foto es de la parada que hicimos en Jaca. En la foto se me ve con mi manteo. Me lo hice para Roma, pero este año me he animado a llevarlo de forma habitual.

Publicar un comentario

[blogger][facebook]

Agencia Catolica

Forma de Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.
Javascript DesactivadoPor favor, active Javascript para ver todos los Widgets