Monseñor Garfias: ¡Bienvenido de vuelta a casa!
En esta casa y causa en común, queremos construir la paz
El miércoles 18 de enero se llevó a cabo la toma de posesión de Monseñor Carlos Garfias Merlos como IX Arzobispo de la Arquidiócesis de Morelia. Con alegría y esperanza, los fieles recibieron a su Pastor,
originario de Tuxpan, Michoacán.
Rebeca Ortega Camacho
El 5 de noviembre de 2016 el Papa Francisco aceptó la renuncia del Cardenal Alberto Suárez Inda, Arzobispo de Morelia desde 1995, debido a su edad (77años), y nombró como su sucesor al entonces Arzobispo de Acapulco, Monseñor Carlos Garfias Merlos. Con una gran recepción, dos meses después dio inicio su ministerio pastoral.
Mantén firme el timón de la Fe
A las diez de la mañana de ese miércoles, en la Catedral de Morelia, sede del Arzobispo, se realizó la “Profesión de Fe y Renovación del Juramento de Fidelidad” de Monseñor Garfias. El acto fue presidido por el Nuncio Apostólico en México, el Arzobispo italiano Franco Coppola. También estuvo presente el Arzobispo Administrador, Cardenal Alberto Suárez; varios Arzobispos, Obispos, Sacerdotes, Seminaristas, Religiosos, Religiosas, Autoridades civiles, Medios de Comunicación y centenares de fieles.
La solemnidad de la recepción en su Iglesia Catedral comenzó en la entrada del recinto. Primero se hizo la presentación al Cabildo Metropolitano y al Colegio de Consultores; después, el Deán del Cabildo dio a besar el Crucifijo al nuevo Arzobispo, y posteriormente el Arzobispo electo y sus acompañantes se dirigieron a la Capilla del Santísimo para orar unos momentos.
Finalmente, recorrieron el pasillo central de la Catedral, dedicada a La Transfiguración, hasta llegar al Altar mayor. De rodillas, y en voz alta, proclamó: “Yo, Carlos Garfias Merlos, promovido a la Sede Episcopal de Morelia, seré siempre fiel a la Iglesia Católica y al Romano Pontífice”.
Para culminar, el Padre José Guadalupe Franco Tenorio, Rector de la Catedral, dirigió unas palabras. Reconoció el trabajo del Arzobispo Suárez Inda: “Nuestro agradecimiento sincero para el señor Cardenal por su labor incansable, sabia y firme. Él ha escrito una página muy importante en nuestra Historia; que Dios premie todo sus esfuerzos”.
Después, se dirigió al entrante mitrado: “Por voluntad de Dios, manifestada a través del Papa Francisco, usted ocupará de hoy en adelante la Sede del antiguo Obispado michoacano, cuyo Primer Obispo fue Don Vasco de Quiroga, y que hoy es la Arquidiócesis de Morelia (elevada a tal rango el 26 de enero de 1863).
“Es consciente de que llega a su Diócesis de origen, donde nació, creció, se formó e inició su fecundo ministerio sacerdotal. Viene de otros tiempos y de otras tempestades… La tarea que se le encomienda no es fácil. Como en otros tiempos advertía San Ambrosio en unas de sus Cartas: ‘Has recibido la carga del sacerdocio, sentado en la popa de la Iglesia. Gobierna la nave en medio de las olas que la combaten; mantén firme el timón de la fe para que las fuertes tormentas de este mundo no te hagan desviar tu rumbo. El mar es ciertamente grande y dilatado, pero no temas, porque Él la fundó sobre los mares, Él la afianzó sobre los ríos’.
“Dios le encomienda esta nueva tarea; empréndala con alegría y confianza… Monseñor Carlos, ¡en hora buena; una vez más, sea usted bienvenido! Cuente con nosotros, ya que nosotros queremos contar con usted”, concluyó el Padre Franco.
Recibe la Arquidiócesis y el báculo de “Tata” Vasco
La Celebración Eucarística tuvo lugar en el Estadio Venustiano Carranza, sede donde el Papa Francisco celebró la Santa Misa el 16 de febrero de 2016. A las 12 horas inició la procesión de los Arzobispos y Obispos concelebrantes (más de 70) provenientes de las diferentes Provincias Eclesiásticas de México, encabezando el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y Arzobispo de Guadalajara; el Cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de Tlalnepantla; el Nuncio Apostólico; el Arzobispo Electo y el Cardenal Alberto Suárez, quien presidió al comienzo de la Misa.
“La entrega-recepción de una Iglesia Diocesana es mucho más que un acto jurídico o un procedimiento administrativo. Se trata de entregar y recibir el Patrimonio de la Fe, en fidelidad a la tradición, sin adulterar ni dilapidar este tesoro, sino más bien ir acrecentándolo”, señaló el Arzobispo Emérito Suárez Inda, al dirigir las palabras de bienvenida a Monseñor Garfias.
“Llega un Pastor rodeado, acompañado de muchos Pastores, con el propósito de mantener firme la comunión con el Obispo de Roma, representado hoy por el señor Nuncio, y con la Iglesia Universal. La Iglesia que peregrina en Morelia tiene miserias humanas, pero está dotada de enormes recursos por su gente noble y buena.
“Lo que recibí, a mi vez, lo transmito. Parafraseando a San Pablo, hoy te entrego, hermano Carlos, un báculo sencillo pero precioso: el báculo de “Tata” Vasco, el mismo que hace menos de un año, en este lugar empuñó el Papa Francisco. Y con el báculo pongo en tus manos esta hermosa Diócesis, a la que ya conoces y ya amas, pero la irás conociendo y amando más cada día. Te encomendamos al cuidado de María Inmaculada de la Salud, Nuestra Madre, bajo cuya protección hemos caminado siempre.
“Agradezco a todos su presencia, su amistad, su oración, especialmente a los que han colaborado conmigo, y pido perdón por mis errores, mis omisiones, cobardías; confío plenamente en La Divina Misericordia”, concluyó el Cardenal Alberto, quien con un abrazo y la entrega del cayado a su sucesor, se despidió del cargo que desempeñó durante 22 años.
Posteriormente, el Nuncio Franco Coppola le dijo: “Cuánto merece y cuánto ha sabido multiplicar los talentos de su primer Obispo; gracias señor Cardenal por su entrega, por su ejemplo, por su sencillez… Bienvenido, señor Carlos, a una Iglesia (de Morelia) que ha caminado mucho, que tiene que responder a los desafíos de hoy; que necesita la cercanía de sus Obispos, de sus Sacerdotes”.
Después, el representante del Santo Padre pidió que se mostraran las Letras Apostólicas; es decir, el nombramiento papal de Monseñor Carlos como nuevo Arzobispo de Morelia, y se dio lectura a las mismas para que todos los fieles las conocieran.
“Cristo es nuestra paz”
En su Homilía, el flamante Arzobispo michoacano compartió la alegría de volver a su tierra: “Me llena de emoción el volver a nuestra casa común, que es la Arquidiócesis de Morelia, y el Estado de Michoacán, donde nací y recibí el don de la fe desde pequeño”. Enseguida recordó las Sedes donde ha desempeñado su labor Pastoral: las Diócesis de Altamirano y Netzahualcóyotl y, en los últimos años, la Arquidiócesis de Acapulco.
“Quiero iniciar esta nueva misión en mi vida precisamente con esta invocación a Cristo, nuestra paz, porque creo que en este momento que vive nuestro país y nuestra Sociedad, necesitamos, más que nunca, encontrar un camino de reconciliación para dar una respuesta eficaz y permanente a la violencia y la injusticia, la corrupción y la impunidad, que se han aposentado en nuestra Patria y que son el caldo de cultivo del descontento creciente.
“Sueño, como Don Vasco y todos sus sucesores, especialmente Don Estanislao Alcaraz Figueroa y Don Alberto Suárez Inda, con una Sociedad fraterna y solidaria, con una comunidad donde cada mujer y cada hombre sean valorados, agradecidos como un don, respetados y promovidos a su plenitud. Gracias, Cardenal Alberto, por su entrega y servicio incondicional al Anuncio del Evangelio.
“Los invito a todos a sumarse a este esfuerzo común y compartido de recuperar la paz… Como noveno Arzobispo de Morelia, como Pastor de esta Iglesia, ofrezco a todos los católicos, y hombres y mujeres de buena voluntad, mi trabajo para construir una comunidad donde tengamos una casa y una causa común: la paz en nuestros hogares, la paz en las comunidades y, sobre todo, la paz en nuestro dolido México”, rubricó el nuevo Metropolitano de Morelia.
Antes de finalizar la Misa, los Presbíteros de esa Arquidiócesis renovaron ante su Prelado las Promesas que hicieron el día de su Ordenación Sacerdotal. La Celebración concluyó con aplausos, porras y vivas de agradecimiento al saliente Arzobispo, y de bienvenida al nuevo Pastor.
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