Las celebraciones se concentran principalmente en la diócesis de Santiago del Estero, ubicada a unos mil kilómetros de Buenos Aires, donde nació la laica consagrada.
El Obispo del lugar, Mons. Vicente Bokalic, animó a la comunidad a festejar a Mama Antula que “nos ilumina e inspira con su fervor apostólico, su amor a la Iglesia, su entrega a los pobres, alejados y olvidados”.
El Prelado describió el 7 de marzo, festividad de Mama Antula, como el “día en que nació para el cielo” una mujer que afrontó “con total confianza en la providencia divina cada circunstancia de su vida, especialmente en los momentos de prueba”.
“Consagrada a los ejercicios espirituales, misionera, mujer de oración profunda, de apasionado amor por Jesús que le urgió salir hacia los hermanos que no conocían aún este Amor y de honda alegría cristiana”, sostuvo.
Además de la novena, la Diócesis de Santiago del Estero preparó un conjunto de oraciones comunitarias para rezarlas en todas las parroquias, capillas, colegios, movimientos y otras asociaciones de la Iglesia.
También se realizó una catequesis de los consagrados dirigida por Mons. Bokalic, en donde destacó que de todos los valores de la beata “el mayor ejemplo de ella fue siempre su humildad”.
El domingo 12 de marzo será la fiesta patronal para toda la comunidad, los peregrinos y devotos de Mama Antula.
“Nuestra beata nos ilumina e inspira con su fervor apostólico, su amor a la Iglesia, su entrega a los pobres, alejados y olvidados. Conocerla a través de sus escritos y de su inmensa obra evangelizadora y misionera nos hará mucho bien a todos”, animó Mons. Bokalic.
Beata Mama Antula
María Antonia de Paz y Figueroa nació en 1730 en Santiago del Estero. Trabajó desde muy joven con los jesuitas colaborando en la organización de ejercicios espirituales. Luego partió a Buenos Aires, donde se dedicó durante 20 años a predicar el mensaje de Cristo.
En 1795 fundó la Santa Casa de Ejercicios Espirituales en Buenos Aires, la que aún cumple su misión bajo el cuidado de la congregación Hijas del Divino Salvador. Falleció el 7 de marzo de 1799 en dicha residencia. Sus restos descansan en la actualidad en la Iglesia Nuestra Señora de la Piedad, en Buenos Aires.
El 4 de marzo el Papa Francisco aprobó el decreto que reconoce el milagro obrado por intercesión de la Sierva de Dios: en 1904 la religiosa María Rosa Vanina, de las Hijas del Divino Salvador, se recuperó de manera inexplicable de una colecistitis aguda con shock séptico, luego que los médicos pronosticaron una muerte segura.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 27 de agosto de 2016
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