Bosques amenazados por los incendios (Parte II)

Jorge Rocha

Continuando con la reflexión de la semana pasada sobre las causas que provocan los incendios, una segunda razón que da origen a este grave problema es la ausencia de políticas públicas más contundentes y efectivas para el cuidado, regeneración y expansión de las áreas boscosas. Es común que las personas asignadas a estas tareas y los recursos públicos destinados a esta labor sean pocos. Los brigadistas de las instancias públicas no se dan abasto frente a todos los incidentes que tienen que atender y no son pocas las ocasiones en las que se trabaja con recursos y equipos limitados. A pesar de que gobiernos estatales, municipales y el federal tienen instancias que tienen como labor fundamental ver por el cuidado de los bosques, todavía no podemos hablar de que esta agenda pública sea una auténtica prioridad para la clase política y sólo atienden el asunto cuando un incendio se convierte en una crisis pública. Se apaga el incendio y se apaga el interés. La labor de cuidado y regeneración de los bosques es una tarea que necesariamente implica políticas de largo plazo, ya que los procesos de recuperación de los bosques implica un seguimiento por muchos años, por esta razón este tipo de apuestas deben ser transexenales y no depender de los vaivenes políticos.
Otra de las causas que provoca esta situación es la ausencia de una cultura ambiental en la mayor parte de la población. El hecho de que buena parte de los habitantes del país vivan en grandes ciudades aunado a la creación de una cultura ambiental muy deficiente genera que el cuidado de los bosques y de los árboles no sea una de las prioridades para la mayoría de la ciudadanía. El desconocimiento del mundo rural y de los procesos socioambientales tiene como efecto que las personas tengan poco aprecio por esta agenda, mientras que la gente siga abriendo la llave de su casa y tenga agua, o que los alimentos lleguen a su mesa, o que el aire que respire le proporcione el oxígeno necesario, no permite que se desarrolle la conciencia sobre todos los procesos que están atrás de todo esto. Claro que hoy en día es políticamente incorrecto decir que no estamos a favor de los bosques y del cuidado de los árboles, pero estas declaraciones no se traducen en acciones efectivas de cuidado de los árboles, es más, hay quienes llegan al extremo de quitar árboles de sus banquetas por la “basura” que generan. Este tipo de actuación sólo demuestra la ausencia de una auténtica cultura ambiental.
Por supuesto que no podemos dejar de lado que el cambio climático que está experimentando el planeta es un factor estructural que sin duda afecta a los bosques, ya que al modificarse las condiciones climáticas, también se produce una mayor vulnerabilidad de las zonas boscosas; y tenemos que decir que en todo el mundo se está experimentando una tendencia de presión y agotamiento de los bosques.

Algunas soluciones
al problema
Es frecuente encontrar voces que señalan que las grandes tendencias antes descritas son muy difíciles de revertir, sin embargo me parece que es posible hacer algo desde el ámbito estatal y local.
En primer lugar me parece que la resolución que hizo el Congreso Local de Jalisco de evitar el cambio de uso de suelo en las hectáreas quemadas del Cerro del Tepopote para un período de veinte 20 años, fue una medida correcta. Pero creo que es necesario que esa legislación se generalice, es decir, se tiene que contemplar por ley que las áreas boscosas que sufran de incendios no pueden destinarse a otro tipo de uso o actividad; además de que tendría que plantearse que es necesario generar estrategias de recuperación. Eso evitará que los interesados en cambiar los usos de suelo no provoquen incendios.
La segunda medida es el incremento y el fortalecimiento sustantivo de las políticas públicas y de las instancias gubernamentales dedicadas al cuidado, regeneración y expansión de los bosques. La forma de lograr esto es aumentado presupuestos y dando mayores facultades a estas instancias, ya que de permanecer como están, solamente estarán atendiendo las emergencias sin la posibilidad de generar políticas más proactivas.
Finalmente es preciso que dentro de nuestro sistema educativo básico, la enseñanza de la cultura ambiental sea una de las prioridades, y obviamente no puede reducirse al tema de los bosques, tendría que incorporarse además la agenda del agua, de las playas, de la biodiversidad, entre otros asuntos. Las nuevas generaciones de mexicanos deben tener una conciencia muy clara y efectiva de lo que representa el cuidado del medio ambiente, y entre ello, de los bosques.
Correo electrónico: jerqmex@hotmail.com

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