Dulce Natalia Romero Cruz
La Iglesia desde hace mucho tiempo vive septiembre como Mes de la Biblia gracias a San Jerónimo, cuya fiesta celebramos el día 30, y nos invita a festejar con distintas iniciativas: la Semana Bíblica, la entronización de la Biblia en las Parroquias y en las casas; el estudio formal que se puede hacer en las Escuelas Bíblicas Parroquiales y en el Instituto Bíblico Católico; los Retiros con temas bíblicos para jóvenes y adolescentes, que ya es una tradición en algunas comunidades; en otras se organizan exposiciones bíblicas, círculos bíblicos, entre otras actividades. Sin embargo, la Semana Bíblica es una de las iniciativas a las que se les da más impulso en este tiempo de parte de la Animación Bíblica de la Vida Pastoral (ABVP).
Amar la Palabra de Dios
El Papa Francisco el 18 de abril de este año, el término de la Audiencia, saludaba a los peregrinos de lengua polaca y les comentaba la importancia de la lectura, la meditación, la contemplación, la reflexión y el estudio de la Biblia porque, para nosotros como cristianos, no es un libro más.
El Pbro. Eduardo Michel Flores, Coordinador de Animación Bíblica de la Vida Pastoral (ABVP), nos reafirma la importancia de leer la Palabra de Dios: “hay quienes creen que es un libro que se puede equiparar a los de otras religiones, que contienen consejos morales o pensamientos piadosos, o que lo pueden sustituir con la lectura de la vida de los santos, pero en la vida del cristiano hay dos alimentos que no deben faltar: la Eucaristía y la Palabra de Dios.
Esta última es fundamental y lo podemos corroborar cuando vamos a Misa tenemos dos mesas, la de la Palabra y la de la Eucaristía; nos alimentamos de dos panes: el de la Palabra y el de la Eucaristía. Por eso la Iglesia siempre nos ha invitado a la constante lectura, meditación y reflexión de la Biblia como un elemento indispensable de la vida cristiana. Todo Agente de Pastoral debería tener una formación bíblica sólida, no deberíamos tomarlo como algo opcional, sino una necesidad básica de la vida del cristiano que debe llevar en lo más profundo de su ser.
“Desgraciadamente los católicos tenemos poco gusto por la Palabra de Dios, en muchas ocasiones no es porque no nos guste, sino porque no la conocemos y desconocemos los elementos para acercarnos a ella. Es por eso que yo invito a todos a que se acerquen a una Escuela Bíblica en su Parroquia, en una comunidad cercana o en el Instituto Bíblico Católico que es un lugar muy importante en nuestra Diócesis, porque imparte cursos bíblicos ya sea en horario habitual entre semana, pero también hay cursos intensivos y sabatinos, además de cursos de verano, etc.”.
Renovación
“La ABVP recibió hace poco el cambio de nombre de Pastoral Bíblica a la cual se le veía como una más de entre todas las pastorales, pero desde a finales del pontificado del Papa Juan Pablo II y después con el Papa Benedicto XVI se vio la necesidad de que la Palabra de Dios inundara y empapara todos los campos de la Pastoral, por eso es importante que en cada una de las áreas de la Pastoral, la Sagrada Escritura sea la fuente de la cual todas las pastorales deben alimentarse, para trabajar con la fuerza del Espíritu en nuestra Arquidiócesis”, explicó el Padre Eduardo Michel.
“En la Iglesia Diocesana ya desde hace muchos años se han ido abriendo espacios para poder incidir en la vida pastoral con la Palabra de Dios y como equipo de la ABVP nos hacemos presentes en los eventos diocesanos. He visto como cada vez son más los sacerdotes sensibles de tener la Palabra de Dios en el centro de sus comunidades, muchas Parroquias tienen Grupos de Lectio Divina, otras cuentan con Escuelas Bíblicas, aunque algunas no están incorporadas a la ABVP, pero poco a poco se van afiliando”.
La Dimensión de la Animación Bíblica de la Vida Pastoral pertenece a la Comisión de Pastoral Profética, siendo una Pastoral que debe invadir y permear otras áreas, y en la Arquidiócesis poco a poco se han ido abriendo espacios para que esto sea posible.
Organización
Hay Parroquias que cuentan con Grupo de ABVP y Escuela Bíblica y no necesariamente son las mismas personas, aunque quienes los forman debe ser gente que estén formadas en la Sagrada Escritura, pero además tienen que tener la capacidad para poder transmitir a los demás grupos, el deseo de que la Palabra de Dios esté presente en sus actividades. Sin embargo, son dos grupos que se pueden articular y nunca se van a estorbar sino que se complementan.
“Lo que prevalece en las comunidades parroquiales son las Escuelas Bíblicas aun así invito a todos los Sacerdotes a tener su propia Escuela y que trabaje en vinculación con el Instituto Bíblico, quien provee el programa de estudios y proporciona el material, y con la ABVP, porque es quien las coordina.

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