Jean Vanier, canadiense, militar, teólogo, filósofo y fundador de las comunidades de El Arca en el mundo, las cuales dan atención pero sobre todo amor y ternura a niños, jóvenes y adultos con discapacidad intelectual, nunca imaginó que en Querétaro, México, su proyecto traería grandes milagros
Por Chucho Picón
Lo que más impresiona de la comunidad de El Arca en Querétaro son los colores muy mexicanos, plasmados en pinturas realizadas por artistas con discapacidad intelectual. Impresiona también la paz que se respira desde la puerta principal. La bienvenida que te da su staff es como de familia. La luz que ilumina en sus pasillos y salones, la luz que se refleja en los rostros de los que están ahí, tranquiliza.
En este ambiente la limpieza y el orden en sus salones son ejemplares. Pero lo que más llega a impactar son las sonrisas y la alegría de sus integrantes con discapacidad intelectual, que ahí están desarrollando su talentos, puliéndolos, perfeccionándolos; ellos dan gloria a Dios con su arte, y con sus manos en todos sus trabajos de carpintería, pintura, fotografía, repostería y panadería.
¿El milagro? Ellos te cambian: llegas estresado por el tráfico y el calor; pero al verlos trabajando horneando un pan; o al verlos pintando, tallando y lijando la madera, te cambian, te ponen de buenas. No son discapacitados, a esa conclusión llegas, pues tienen otros poderosos talentos que Dios les dio en sus manos, en sus rostros, en su alma; tienen el poder de dar amor y ternura, y te la ofrecen sin conocerte; te sonríen, te tocan y te acarician el alma con su ser y con su arte. Los discapacitados intelectuales en El Arca no lo son, pues ahí desde que llegan son impulsados, motivados y ayudados a descubrir sus talentos; se les da formación, educación y una atención integral; pero lo mejor es el amor y la ternura que reciben de los responsables de la comunidad.
Aquí no los ven como enfermos mentales o pacientes, aquí los ven como miembros de una familia; aquí todos son iguales, miembros de una pequeña comunidad de amor. En El Arca descubren su belleza como seres humanos; en El Arca se busca que sean lo más independientes y autosuficientes posible; hay orden y limpieza porque ellos aprender a ordenar y limpiar, ellos aprenden que es posible vivir y soñar a pesar de su discapacidad intelectual.
En El Arca de Querétaro suceden grandes milagros. Ahora te toca a ti ayudar, donar, involucrarte en esta comunidad de amor y de ternura; te toca ser parte del sueño de Jean Vanier, que es el sueño de Dios, el sueño de una alianza. ¡Bienvenidos todos a El Arca de Querétaro!
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► Sitio web: www.arcaqueretaro.org
Publicado en la edición impresa de El Observador del 26 de agosto de 2018 No.1207
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