El anuncio lo hizo este sábado en su programa radial semanal Diálogo de Fe, en el que indicó que su intención es hacer que más personas se acerquen a la Iglesia y reciban los sacramentos de la iniciación cristiana: Bautismo, Confirmación y Comunión.
Según informa la Oficina de Prensa del Arzobispado de Lima, el Purpurado explicó que ha dispuesto este tiempo para “que todos los sacerdotes y religiosos en todo Lima hagamos un esfuerzo para facilitar que la gente pueda acercarse al Bautismo, a la Confirmación, a la Confesión, a la Primera Comunión”.
“Ya no es la época antigua en la que esperabas en la parroquia, hay que salir; la gente tiene trabajo, el tráfico es muy difícil. Tenemos que ver la forma que Dios salga a acercarse a las criaturas en los hospitales, en los colegios”, dijo.
“Por eso, les estoy pidiendo a todos los sacerdotes que hagamos un esfuerzo especial para que ese primer camino de encuentro con Dios no esté tan lleno de papeles, de entrevistas, de burocracias, de horarios; sino facilitemos el encuentro con Dios”, resaltó.
Hablando luego sobre la fiesta del Bautismo del Señor, que la Iglesia celebra este domingo y con la que concluye el tiempo de Navidad, el Cardenal recordó que “el Bautismo es un volver a nacer, a ser parte de la familia de Dios, a ser un hijo de Dios, heredero de la vida eterna. Esa es la parte como más sobrenatural”.
“El Bautismo nos da la posibilidad de adquirir una madurez humana, que es una cierta estabilidad de ánimo, una capacidad de tomar decisiones ponderadas.Después viene ese modo recto de juzgar los acontecimientos y a las personas. El hombre maduro se pone a pensar en la estabilidad y en la capacidad para tomar decisiones”, dijo.
El Arzobispo de Lima también se refirió a la importancia de la fe, un don que debe pedirse a Dios.
“La fe se pide: Señor, auméntame la fe. No la consigo en un periódico, no la consigo en un banco. Es un don de Dios que me da firmeza en lo que creo, claridad en el pensamiento, estabilidad de ánimo, esperanza en lo que hago, alegría en el dolor”.
El Cardenal recordó que “cuando uno tiene fe y si es amigo de Dios, hay seguridad, no hay soberbia, hay confianza en Dios. Aunque todo esté muy oscuro, yo veo una luz porque tengo fe”.
Tras recordar la fe que pudo verse en las multitudes que recibieron al Papa Francisco y en la gran cantidad de personas que cada año participan en la marcha por la vida, el Purpurado habló sobre la presencia de una imagen peregrina oficial de la Virgen de Fátima, que estará en la ciudad del 14 al 20 de enero.
El Cardenal Cipriani comentó que la Virgen de Fátima alienta la conversión de todos y animó a todos a pensar qué pueden hacer por María: “Rezar un Rosario, pedirle algo por mis hijos o por algún enfermo. Dios, Jesús, la Virgen, quieren cosas buenas para todos”.
“La vida tiene muchos aspectos positivos que creo que es lo que Dios quiere y que María, la Virgen de Fátima, estará sembrando estos días en Lima”, concluyó el Arzobispo.
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