Rebeca Ortega Camacho
La 64 Legislatura del Congreso de la Unión entró en funciones el 1 de septiembre de 2018, es la primera en la historia de México que tiene mayoría de izquierda en ambas cámaras, y la agenda de este sector ya se manifestó desde los primeros días de sesiones.
Durante los primeros cuatro meses de trabajo de la nueva legislatura, se manifestaron distintas propuestas para modificar el artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; reformar artículos de la Ley General de Salud y del Código Penal Federal; tanto el PRD como Morena agrupan cuatro iniciativas que despenalizarían el aborto en México:
- La diputada perredista María Guadalupe Almaguer presentó el 6 de septiembre de 2018 una iniciativa para asegurar el acceso de las mujeres a los servicios de salud sexual y reproductiva, así como a la interrupción legal del embarazo a nivel nacional. De ser aprobada, la iniciativa reformaría el artículo 4, párrafo segundo, de la Constitución para quedar así: “Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos. Se garantizará este derecho, estableciendo la prestación de servicios de salud sexual y reproductiva, incluida la interrupción del embarazo cuando la mujer interesada así lo solicite o lo necesite, como una obligación institucional”.
- El 23 de octubre de 2018, la diputada Silvia Lorena Villavicencio Ayala, integrante del grupo parlamentario de Morena en la Cámara de Diputados, presentó una iniciativa para despenalizar el aborto a nivel federal. La iniciativa propone que se apruebe la legalización de las prácticas seguras de aborto para privilegiar la salud de las mujeres en todo el país, dado que el estado actual de la legislación, que solo permite interrumpir embarazos en las 12 primeras semanas de gestación en la Ciudad de México, “atenta directamente contra sus derechos sexuales y reproductivos”. La iniciativa propone que se reformen y adicionen los artículos 329, 330 y 332, y que se deroguen el 333 y 334 del Código Penal Federal.
- Asimismo, Porfirio Muñoz Ledo, legislador de Morena y presidente de la Mesa Directiva de San Lázaro, propuso una reforma constitucional que garantice el derecho de las mujeres a decidir sobre su cuerpo. De esta manera, Muñoz Ledo plantea que en el artículo 4° Constitucional se incluya la igualdad de derechos entre hombres y mujeres e introduce el concepto de “autonomía reproductiva”. Aunque la propuesta no hace cambios penales, impulsa la reforma a la Constitución Federal y al Código Penal Federal para despenalizar el aborto e incluirlo en los servicios de salud pública en todas las entidades del país, garantizando el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo.
- A estas propuestas, se suma la declaración de Miroslava Sánchez Galván, – diputada de Morena, quien encabeza la Comisión de Salud-, que realizó en el marco de la conmemoración del Día de Acción Global por un aborto legal y seguro que se celebra cada año, el día 28 de septiembre, en donde señaló que impulsará la despenalización de la interrupción del embarazo a nivel nacional, y trabajará con las entidades federativas para reforzar la educación sexual.
Las propuestas de Morena podrían ser impulsadas y aprobadas porque su bancada es mayoría, con 51.2 por ciento de diputaciones, y porque el grupo perredista suma 20 legisladores a favor de la despenalización.
Proteger la vida
Ante los argumentos a favor de la despenalización del aborto, los defensores de la vida desde su concepción hasta la muerte natural, no descansarán hasta lograr la protección de los más indefensos y los que no tienen voz. “La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida (cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae, 1, 1)”, señala el número 2270 del Catecismo de la Iglesia Católica.
Al respecto, la doctora Elisa Fajardo Pérez, Maestra de Patología (durante 25 años en la U de G), con estudios en Teología y alumna (fundadora) del Instituto de Ciencias e Investigaciones de Bioética, en su obra, “Un puente hacia la vida. Criterios de Bioética”, señala que “las corrientes éticas materialistas buscan demostrar que el nuevo ser humano, sólo es humano hasta que se anida en el útero, pero no hay verdad en esto, la Genética demuestra que la vida inicia en la concepción”.
El aborto, una forma de violencia
También, destaca que “la historia nos refiere que en el imperio romano se practicaba el aborto con frecuencia, debido al libertinaje sexual que abundaba en la sociedad; sin embargo, ésta poco a poco fue transformada por algunos pocos hombres de la cultura cristiana que tuvieron conciencia del valor y respeto a la persona y del amor que cada quien merece.
“Nadie ignora que los países ricos han impuesto a los países pobres la anticoncepción, incluyendo métodos abortivos como el dispositivo intrauterino, y en muchas ocasiones la presión ejercida a los países pobres va encaminada a que también aprueben leyes a favor del aborto. Hay países sometidos a dictaduras, como China, en que sólo se permite a la mujer tener un hijo. En otros países no comunistas también se aprueban leyes a favor del aborto, India es otro país que lo practica por motivos discriminatorios a las mujeres; pero no porque se aprueben estas leyes dejan de ser inmorales, y no sólo causa daño a la víctima, sino también a la madre que lo procura, y a la sociedad entera, pues el aborto es matar a una persona, sin importar que ésta se encuentre en las etapas iniciales de la vida, sea mórula, embrión, feto. Es alarmante el grado de violencia al que hemos llegado para convertir el lugar que es, supuestamente, el más seguro para el inicio de la vida: el seno materno, es el lugar más inseguro. Es alarmante que el primer habitáculo del humano se encuentre actualmente tan amenazado y que en ocasiones sea un lugar tan inseguro para el nuevo ser.
“Lo más grave es que esta amenaza contra su seguridad provenga de la misma madre, que es quien debiera ser la más interesada en cuidar la nueva vida que se le ha confiado por ser totalmente indefenso. Pero también es alarmante que los médicos y enfermeras, que estudiaron exactamente para cuidar cualquier vida, sin importar edad, sexo, raza y status social, se confabulen en contra de la persona que inicia su vida y que lejos de defenderla estén bien dispuestos a destruirla, empleando todos los conocimientos que recibieron muchas veces en forma gratuita y financiados por el Estado y los utilicen no en favor, sino en contra de la vida y recurriendo a maniobras que ponen de punta los nervios, si son observadas por personas de bien.
“Lo más importante para combatir el aborto es combatir sus causas, éstas radican en una sexualidad mal vivida, en no tener una escala de valores que nos hagan entender el valor de la vida de una persona, en la ignorancia de lo que es la ley natural y nuestra trascendencia, en creer que esta vida es la definitiva y la única”.
Consecuencias del aborto
Hace casi 12 años (24 de abril de 2007), la entonces ALDF (Asamblea Legislativa del Distrito Federal) reformó el Código Penal y la Ley de Salud capitalina. La modificación a la norma penal hizo que el aborto se castigara con una sanción de tres a seis meses de prisión o de 100 a 300 días de trabajo a favor de la comunidad, siempre y cuando fuera después de las 12 semanas de gestación. La reforma en materia de salud incluyó la obligación de las instituciones públicas de salud del gobierno capitalino de atender las solicitudes de interrupción del embarazo y dio carácter prioritario a la atención de la salud sexual y reproductiva.
Bajo esa legislación, desde abril de 2007 y hasta el 19 de diciembre de 2018, según estadísticas del Sistema de Información de Interrupción Legal del Embarazo de la Secretaría de Salud, se han realizado 205,353 abortos. Del total de casos registrados: 143,598 son residentes de la Ciudad de México; 53,955 del Estado de México; 1,241 de Puebla; 557 de Jalisco. En menor medida hay casos del resto de las entidades e incluso extranjeros.
La interrupción del embarazo tiene consecuencias físicas y psicológicas. El capítulo dedicado al “Aborto”, del libro “Un puente hacia la vida. Criterios de Bioética”, la doctora Elisa Fajardo, dedica un apartado a las consecuencias físicas del aborto: “Laceración del cérvix, perforación del útero. Fiebre. Vómito. Dolores abdominales crónicos. Infecciones. Embolismo generalizado. Convulsiones. Shock endotóxico (por bacterias). Shock hipovolémico (por hemorragia). Complicaciones de anestesia. Hemorragia. Posibilidad de embarazos extrauterinos. Daños a la pared uterina y a las trompas de Falopio. Desórdenes menstruales. Esterilidad. Muerte. Crece en un 45% la posibilidad de presentarse un fallo de cualquier tipo durante un embarazo posterior; y las consecuencias psicológicas: Síndrome post-aborto”.
Enfatiza que, “estos datos se comprueban en Inglaterra por la Dra. Margaret White; en Canadá por la Dra. Standford; por el uruguayo Pablo Valdéz y por el Dr. Willke que afirma: ‘Es más fácil sacar un niño del útero que del pensamiento’. En Dinamarca, el 29% de las mujeres que intentan suicidarse han abortado. El riesgo de suicidio aumenta a más del doble de riesgo en las mujeres que abortan.
“La Dra. Lavin dice que quizá este sea el argumento más poderoso en contra del aborto provocado, las consecuencias psicopatológicas que derivan de él, generalmente las mujeres que se han sometido a la práctica del aborto son mujeres que previamente ya manifestaban ciertas alteraciones de la conducta, tales como alcoholismo, drogadicción o perversiones sexuales.
“Pero también hay testimonios de que el aborto puede producir tan baja autoestima en la mujer que quien se lo practica, termina en la drogadicción, el satanismo o la música punk rock. El aborto también lleva a la disfunción familiar e interpersonal. Es bien claro que quien promueve el aborto por el pretexto de ayudar a las mujeres, tiene una gran ignorancia sobre el síndrome, sobre el concepto de persona, sobre la Ética personal y la Bioética personalista”, concluye la especialista.
Dignidad de la Sexualidad Humana
Asimismo, las reformas propuestas por los legisladores incluyen reforzar la educación sexual. “A decir de los expertos, la educación sexual es importante porque propicia la comunicación familiar, fortalece los procesos de secularización, mejora las prácticas sexuales, previene embarazos e incrementa el uso del condón” (Rodríguez G. (2004). “Treinta años de educación sexual en México”. En Micher, M. (coord.) Población, desarrollo y salud sexual y reproductiva, 13-28. Ciudad de México: Cámara de Diputados. Disponible en http://bit.ly/2CQN643).
Es decir, es una lástima que la educación sexual se condense en enseñar métodos anticonceptivos. Sobre el tema, la Dra. Elisa Fajardo, señala: “La anticoncepción o contracepción es la acción y efecto de impedir la concepción de un nuevo ser humano por medios, prácticas o agentes artificiales. (…) La Bioética nos advierte: Es ilícito engañar a las personas, las parejas deben saber que todos los métodos de control de la natalidad son dañinos: propician la promiscuidad, exponiendo a la adquisición de enfermedades venéreas (causadas por múltiples y variados agentes, entre ellos: virus del papiloma humano, infecciones bacterias severas, SIDA y mucho más); además propician la infidelidad que luego destruye familias y/o conduce al aborto, entre otras complicaciones.
“La anticoncepción es intrínsecamente mala, porque es un decirle a Dios Creador: no, en la posibilidad de ser cocreadores con Él, es un no radical al don de la vida. (…) Los métodos no naturales de anticoncepción son intrínsecamente malos por ir en contra de la vida, de la ley natural, de la dignidad de la persona, y por la irresponsabilidad así como falta de ética personal en la sexualidad”. (Informes del libro: “Un puente hacia la vida. Criterios de Bioética”, con Margarita Fajardo al Tel.: 3632 3131).
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