Trabajadores mexicanos 2019

Editorial de Semanario #1144

Si en la práctica no se mejora la calidad de vida de nuestros trabajadores, es decir, de aquellos que, en realidad, hacen funcionar un país, entonces, por más que se elaboren estrategias, se establezcan presupuestos, se escriban planes, etc., no tendrá sentido nada.

No serán más productivos los que todos los días se levantan temprano, toman un autobús y dedican muchas horas del día al trabajo, si no se mejora su seguridad, porque sufren a diario robos a su persona, les quitan su quincena, su celular, los extorsionan, etc., pero sobre todo, les cancelan su tranquilidad. Las familias se despiden cada día con mucha incertidumbre.

Este nuevo sexenio de gobierno estatal lo hemos iniciado con mucha violencia. Entre el 23 y el 25 de diciembre, días ‘tranquilos’, 20 personas perdieron la vida de forma violenta.

Por otra parte, ojalá que en el primer trimestre de este año 2019, en México no le roben a las empresas los 4 mil trailers que les robaron en este mismo periodo durante 2018. ¿Cómo podrán ser más productivas nuestras fábricas, si tienen que destinar fuertes cantidades de dinero para cuidar el transporte de sus mercancías? Pero más preocupante es que, quienes los operan, están en permanente peligro de muerte.

En materia de salud, sigue el desabasto de medicinas. Los trabajadores sufren por una cita en el Seguro Social y, muchas veces, tienen que comprarlas con su dinero, restándoles poder adquisitivo. Las ausencias se multiplican por motivos de salud, perjudicándose obreros y empresas.

En educación, casi la tercera parte de los jóvenes, hijos de nuestros trabajadores, son rechazados en las Preparatorias y en las Universidades. ¿A qué se dedican y a qué se dedicarán esos muchachos? En Jalisco, los ninis han aumentado. Sin contar con que, en la pasada administración, la Secretaría de Educación puso todas las trabas posibles para que las instituciones de educación particular pudieran operar.

Si nuestros trabajadores hacen un sacrificio para que sus hijos estudien en escuelas particulares, se merma su poder adquisitivo, baja su calidad de vida. Se ven obligados a suprimir otros aspectos importantes para la vida familiar, como el entretenimiento, e incluso sustanciales. No hay suficientes guarderías, por lo que las mamás que trabajan fuera de casa, tienen que destinar parte de su salario para que les cuiden a sus hijos. Con estas preocupaciones, ¿podrán ser más productivos nuestros trabajadores?

Esperamos que todos los niveles de gobierno sean más productivos, que cumplan y que garanticen a nuestros trabajadores sus derechos elementales, sobre todo, de seguridad, salud y educación. Si se sienten seguros en estos aspectos prioritarios, se verá reflejado en la productividad propia, personal y de la empresa. De otra forma, no esperemos que trabajadores y empresas sean competitivos.

Por otra parte, de forma indirecta, pero que repercute en la calidad de vida de los trabajadores, es la lucha contra la corrupción. ¿Dónde están los sistemas anticorrupción en nuestros gobiernos, además de estar en el papel?

El impuesto sobre nómina que se cobra en Jalisco lo tiene el gobierno. En sexenios pasados se ha usado muy discrecionalmente. Ahí lo tienen a su disposición, para que sea utilizado para el fin que fue creado, nuestros trabajadores.

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