La revista Bitter Winter, que cubre temas de libertad religiosa y derechos humanos en China, informó que el pedido se realizó específicamente a las iglesias de la denominación protestante “Movimiento Patriótico de los Tres Seres”.
La nueva directiva ocurrió después de que, en un primer momento, se le dijera a la iglesia protestante que elimine el Primer Mandamiento que hace referencia a “No tendrás dioses ajenos delante de mí”, ya que Jinping no estaba de acuerdo.
También se indica que quienes se negaron a eliminar alguno o todos los mandamientos fueron encarcelados; incluso sucedió con personas de algunas iglesias que cumplieron con las instrucciones.
Funcionarios del Departamento de Trabajo del Frente Unido del Comité Central del Partido Comunista Chino indicaron a fines de junio a los miembros de una iglesia de los “Tres Seres”, ubicada la ciudad de Luoyang, que “el Partido debe ser obedecido en todos los aspectos”.
“Tienes que hacer lo que el Partido te diga que hagas. Si usted contradice, su iglesia se cerrará de inmediato”, advirtieron.
La iglesia tuvo que eliminar las referencias a los Diez Mandamientos después de repetidas instrucciones del Gobierno.
Tres iglesias de esta denominación ya fueron clausuradas por no eliminar las exhibiciones. Según los informes, los fieles que no están conformes fueron amenazados con ser colocados en listas negras gubernamentales, lo que conlleva a tener restricciones en viajes y que sus hijos sean excluidos de algunas escuelas o trabajos.
En lugar de los Diez Mandamientos, las iglesias de los “Tres Seres” ahora muestran citas que promueven el socialismo y advierten contra la influencia de Occidente en China.
Un pastor de la iglesia protestante dijo a Bitter Winter que temía que el Gobierno chino intentara lentamente convertirse en una figura divina.
“El primer paso del Gobierno es prohibir los mensajes religiosos. Luego desmantela las cruces y comienza a implementar los ‘cuatro requisitos’ al ordenar que la bandera nacional y los ‘valores socialistas centrales’ se coloquen en las iglesias. Luego se instalan cámaras de vigilancia para monitorear a los creyentes y las actividades religiosas. El último paso es reemplazar los Diez Mandamientos con los discursos de Xi Jinping”, dijo el pastor, que prefirió mantenerse en el anonimato.
Desde su llegada al poder en 2013, el presidente chino Xi Jinping ordenó la “sinicización” de todas las religiones en China, una medida que la Comisión de Libertad Religiosa Internacional de los Estados Unidos llamó “una estrategia de gran alcance para controlar, gobernar y manipular todos los aspectos de fe en un molde socialista infundido con ‘características chinas’”.
La adaptación al Vaticano del programa de “sinicización” fue un tema muy discutido durante la formalización del acuerdo del 2018 entre el Vaticano y China, que regularizó a los obispos designados por el Gobierno de este país con la Santa Sede.
Anteriormente, los obispos afiliados a la “Asociación Patriótica Católica China” fueron consagrados ilícitamente y se les mantuvo fuera de la comunión con Roma.
No se han publicado los términos completos del acuerdo entre el Vaticano y China.
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