Los nueve jóvenes participantes, guiados por el diácono Guido Goossens, iniciaron la misión el lunes 27 de enero y la concluyeron el 1 de febrero.
Los misioneros alojados en el Colegio Integrado se levantaban muy temprano para iniciar el día con una oración. A las 10:00 a.m. se dirigían a la cárcel y comenzaban con una actividad catequesis de algún tema específico.
Al mediodía regresaban al colegio a almorzar y luego regresaban a la cárcel para continuar con actividades recreativas relacionadas con la catequesis de la mañana.
Al regreso, los misioneros compartían su experiencia y preparaban el corazón para el día siguiente.
Nicolás Zúñiga Contreras, uno de los jóvenes misioneros que participó por primera vez en Acción Misericordia, explicó que fue una “experiencia muy iluminadora y valiente, yo venía con muchos prejuicios por el hecho de que son privados de libertad, por el motivo que sea, pero vamos a sacarlos de una rutina y a contribuir a una reinserción de ellos en el ámbito católico”.
“Yo he misionado en otras circunstancias, pero esta ha sido la más significativa, me sentía en la necesidad de realizar algo distinto y aquí me sentí siendo un aporte, como una pieza que faltaba en el rompecabezas, por lo menos me sentí muy grato adentro conversando con ellos, haciéndolos sentir dignos de nuevo”, agregó.
El sábado 1 de febrero Acción Misericordia finalizó su misión con una Misa en el recinto penitenciario presidida por el Administrador Apostólico de Talca, Mons. Galo Fernández.
Acción Misericordia también realiza esta misión durante el año y es parte de la Misión Alégrate de la Pastoral Juvenil de Talca.
Con ese espíritu, otros grupos juveniles también misionaron con la gente de otras localidades como Molina Canoe, Las Lomas, Botalcura, Villa Prat y Corel en las ciudades de Talca y Curicó.
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