Conoce la organización católica latinoamericana que hoy cambia vidas en África

Kinshasa, 27 Feb. 20 (ACI Prensa).- Desde el 2010, la fundación argentina FASTA –Fraternidad de Agrupaciones Santo Tomás de Aquino– trabaja con un grupo de sus misioneros españoles, argentinos y ecuatorianos para llevar adelante una misión evangelizadora y de compromiso con el desarrollo social en la República Democrática del Congo.

En una entrevista con ACI Prensa, el arquitecto y empresario de 56 años, Daniel Medina Balsa, que es miembro de FASTA desde los 14 y uno de los primeros misioneros de este apostolado en África, relató los detalles sobre cómo llevaron su carisma de “evangelización de la familia, la cultura y la juventud” a otro continente, así como las necesidades y desafíos que afrontan para seguir mejorando la calidad de vida de los congoleños.

Medina señala que el nombre de la fundación de FASTA para África fue bautizado como “FOFASTA”, y busca principalmente el desarrollo material de actividades educativas y de promoción social para la formación y capacitación de los jóvenes congoleños.

“Esta iniciativa fue ratificada por el Papa Francisco a nuestro fundador, el P. Aníbal Fosbery en Roma”, comentó a ACI Prensa.


Daniel Medina Balsa en su labor misionera / Crédito: FOFASTA

Nace FOFASTA

Medina cuenta que fue la Providencia la que permitió que en el 2006 FASTA sea conocida por Merleau Nsimba, un joven congoleño estudiante de Filosofía, interesado en su carisma y que años después ayudaría a fundar la obra en su país.

“Luego de casi cuatro años de comunicaciones fluidas por e-mail, en mayo de 2010, realizó su primer viaje a la Argentina para conocer la obra. Lo que más llamó su atención fue el trabajo ‘de humanización y cristianización con los jóvenes’ y ‘el modo en que Fasta sabe vincular la cultura con el mensaje de Cristo y elevar al hombre en la cultura desde la fe’”, explica.

Luego, cuando Merleau regresó al África, “le encomendaron la fundación de una comunidad de FASTA en Kinshasa” (capital de República Democrática Congo), continúa Medina.

“La tarea comenzó en 2010 con la participación de jóvenes de ocho parroquias de Kinshasa que fueron descubriendo nuestro carisma poco a poco, luego la fundación se formalizó jurídicamente en 2015 y canónicamente en 2018”, añadió.

Proyectos de FOFASTA en la República Democrática del Congo

El misionero indica que, luego de establecerse la obra, nuevamente fueron bendecidos por la Providencia con donaciones de otras fundaciones, empresas e incluso miembros de FASTA en España e Iberoamérica, lo que hizo posible la adquisición de un edificio en construcción en el centro de la ciudad.

“Desde hace cuatro años estamos trabajando para reformar y adaptar nuestra sede a las necesidades que tiene el proyecto, llegando al 83 % de su ejecución con una inversión realizada superior a los 525.650 dólares”, detalla Medina.


Instalaciones de la sede principal de FOFASTA en la República Democrática del Congo / Crédito: FOFASTA

El misionero dice que son conscientes de las grandes carencias del país y, por ello, su objetivo a mediano y largo plazo es “el desarrollo de la educación y la cultura mediante” la construcción del Colegio Isidore Bakanja (primaria y secundaria) y el Centro FASTA de emprendedores, para jóvenes en edad laboral.

“Estas iniciativas se desarrollarán en el mismo edificio lo que nos permitirá una mejor racionalización de los recursos”, comentó.

Medina informó que la obra cuenta con la participación de más 400 miembros entre niños y adultos y tiene ocho centros de formación en parroquias, además de su sede central donde se realizan actividades dominicales, Misas y se brinda formación y alimentación.

Próximo desafíos para FOFASTA

Uno de los grandes desafíos, explica Medina, es “inculturalizar el Evangelio y su carisma” respetando la cultura, costumbres y su lengua local, el lingala.

“La barrera idiomática es una de las dificultades de los misioneros, pero no la mayor”, sostuvo, y añadió que la “mayor preocupación son la pobreza extrema, escasa alimentación, falta de sanidad, falta de agua potable, la malaria y ahora el ébola”.

“Con una esperanza de vida de 45 años hacen que lejos de ser una dificultad te enamores más de tu misión, de aquella tierra y de sus maravillosas personas. Ahora bien, si no estás atento te dará el llamado mal de África, es decir que una vez que lo has visto, solo quieres volver y ayudar”, narró el misionero.

Otro de los desafíos de FOFASTA, específicamente para el año 2020, será completar la construcción de la sede para el colegio.

“Ya nos queda muy poco, solo necesitamos 106.603 dólares para terminarlo y esperamos que con la ayuda de todos alcancemos pronto este objetivo”, contó Medina, y pidió a los católicos enviar un poco de ayudar a través de su sitio fofasta.org.

También espera que los católicos tengan “la gracia” que él mismo recibió, de poder “conocer una realidad que te conmueve, te llena y da sentido a la misión, te enseña a dar gracias a Dios por todo lo que tenemos y no somos conscientes”.


Jóvenes que participan del apostolado en Kinshasa / Crédito: FOFASTA

“Hay muchas instituciones como la nuestra en África, sin recursos es muy difícil sostener estas obras debido a la extrema pobreza y necesitamos de todos, cualquiera puede ser misionero en África, solo debes orar por ellos, comunicarse, escucharlos y apoyarlos, y por supuesto colaborar materialmente renunciando a algunas cosas innecesarias en nuestra vida”, reflexionó Medina.

Los logros

Al final de la entrevista, el misionero dijo que “el mayor regalo del Señor” ha sido, hasta ahora, conocer varias historias personales de éxito en República Democrática del Congo.

“Ese joven Merleau, que fue quien tuvo la inquietud inicial, fue ordenado en 2018 y hoy es sacerdote de la Fraternidad Sacerdotal de FASTA”, cuenta Medina.

También habló de otro seminarista de FOFASTA que cursa actualmente Teología, y se alegra por las “muchas solicitudes de jóvenes que aspiran abrazar la vida consagrada en nuestra institución”.


Jóvenes recibiendo catequesis en Kishasa / Crédito: FOFASTA

Otro orgullo para FOFASTA, relata Medina son los “muchos matrimonios fundados a partir de las comunidades”, así como los jóvenes que se han beneficiado con “becas de estudios universitarios y colaboración económica”.

“También realizamos ayudas materiales a las familias más necesitadas de nuestro entorno y becas para los primeros estudios. Nuestro gran desafío y con la ayuda del Señor es conseguir mediante la educación y la capacitación mejorar la vida de estos hermanos en la fe que tanto esperan de nosotros”, concluyó. 

Para ayudar con donaciones al trabajo que realiza FOFASTA en África ingresa AQUÍ.

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