En un reciente video, el P. Aguilar recordó que antes del Concilio Vaticano II había “dos fechas especiales” dedicadas a la Santa Cruz: el 3 de mayo, en que se conmemoraba el hallazgo de la Cruz de Cristo a manos de Santa Elena, y el 14 de septiembre, en que se recordaba “el regreso de la Santa Cruz a Jerusalén y también la consagración de la Basílica del Santo Sepulcro”.
El sacerdote precisó que actualmente, a nivel universal, en la Iglesia “solamente se lleva a cabo una fiesta dedicada a la Santa Cruz”, el 14 de septiembre, para recordar particularmente que un día antes, el 13 de septiembre, se consagró la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén.
Leyendo las indicaciones actales del Misal, el P. Aguilar señaló que “dado que en México la celebración de la Santa Cruz” está “muy arraigada” el 3 de mayo, espcialmente “en el sector de la construcción”, los obispos mexicanos pidieron a la Santa Sede “seguirla celebrando el 3 de mayo en vez del 14 de septiembre, con lo cual siempre cae dentro del Tiempo Pascual”.
El sacerdote mexicano indicó luego que “además de esta fecha de la consagración de la Basílica del Santo Sepulcro hacia el año 335, la exaltación de la Santa Cruz tiene que ver también con un acontecimiento que se llevó a cabo entre el 614 y el 628”.
“¿Qué acontecimiento? El robo de la Santa Cruz de Jerusalén”, señaló.
El sacerdote recordó que “Santa Elena encuentra la Cruz de Cristo, de acuerdo a algunos, el día 3 de mayo, el día de la invención de la Santa Cruz, porque la palabra invención significa encuentro”.
“Una vez que la encuentra, nos dice la tradición, Santa Elena deja una parte de la Cruz en Jerusalén y la otra se la lleva a Roma, en donde todavía recibe veneración hasta nuestros días en la Basílica llamada de la Santa Cruz en Jerusalén, que está en Roma”.
El P. Aguilar indicó que “la otra parte de la Cruz se queda en Jerusalén. Pero lamentablemente los persas van a llegar a Jerusalén y van a robarse la Cruz y la van a poner en el trono de su jefe durante mucho tiempo, hasta que Heraclio la va a recuperar y la va a regresar a Jerusalén”.
“Alguna tradición nos dice que precisamente en su regreso a Jerusalén fue el día 14 de septiembre del año 628”, señaló.
El P. Aguilar subrayó luego que “los dos fragmentos más importantes de la Cruz de Cristo ya no están en Jerusalén”.
“En Jerusalén habría un fragmento muy pequeño”, dijo, pues “el más grande se encuentra en España, en el monasterio de Santo Toribio de Liébana (…) y el otro se encuentra en la Basílica de la Santa Cruz en Jerusalén, en Roma”.
El sacerdote mexicano indicó además que “hay muchas astillas” de la verdadera Cruz repartidas por el mundo.
Sin embargo, precisó, hay otras astillas “que no son parte de la Cruz de Cristo”, sino que “algunas personas, sabiendo que un maderito tocado a la Cruz original se convierte, por haber sido tocado, en una reliquia de tercer grado, dijeron ‘yo quiero una reliquia tocada a la original’”.
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