“Los católicos no pueden ser indiferentes a los problemas; llevamos tres meses de constante agitación, con un saldo lamentable de 44 muertos de diversos sectores del país del oficialismo y de la oposición, inclusive personas que pertenecen a cuerpos de seguridad del estado, por todos ellos oramos hoy”, expresó el Purpurado.
El Arzobispo recordó que los obispos venezolanos rechazan la violencia “venga de donde venga, tanto de algunas acciones de la oposición, como con la represión excesiva de los cuerpos de seguridad del Estado y por los ataques de bandas de civiles armados a las manifestaciones”.
“El esfuerzo por el diálogo es muy necesario y debe continuar. El gobierno debe dar respuestas a las peticiones que se le hacen de buena fe y llegar a acuerdos por el bien del país. No puede haber diálogo sin soluciones. Para salir de esta crisis tenemos que trabajar fuerte para lograr la paz, pero no puede haber paz en una nación sin seguridad pública, sin justicia, sin libertad”, expresó.
El Arzobispo de Caracas insistió en la necesidad de desarmar a los grupos ilegales que disparan contra los manifestantes. “Hay que mantener la ecuanimidad, la sensatez, la moderación y la firmeza y no dejarse llevar nunca por el odio que desencadena la violencia”, señaló.
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