Este es el malestar que se desprende de un reportaje realizado por “National Public Radio” (NPR), la cadena radical pública de Estados Unidos. Martina Nagher, joven alemana que paga el impuesto a la Iglesia, expresó su enfado por la imposición. “Pienso que es absolutamente inaceptable, si quieres tener los sacramentos, deberías poder obtenerlos así pagues impuestos o no”, dijo a NPR.
Gracias al impuesto a la Iglesia, en 2013 la Conferencia Episcopal Alemana recaudó alrededor de 6,7 mil millones de dólares en ingresos, y es considerada la Iglesia más adinerada del mundo. Sin embargo, los fieles en el país están disminuyendo dramáticamente, en un promedio de cien mil cada año.
En 2012, abandonaron la Iglesia en Alemania un total de 118,335 católicos.
Desde 2012, los obispos de Alemania decretaron que quienes no paguen el impuesto eclesiástico no pueden acceder a los sacramentos de Confesión, Comunión, Confirmación o Unción de los Enfermos.
Para Sylvia Poggioli, de NPR, “los Obispos alemanes tienen un mensaje claro para los 25 millones de católicos del país: El camino al cielo requiere más que fe y buenas intenciones; requiere de pago de impuestos”.
Al promulgar el decreto de 2012, el entonces presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Mons. Robert Zollitsch, justificó la medida asegurando que “en Alemania, la Iglesia es una comunidad de fe que coexiste junto al sistema legal. Los dos no pueden ser separados”.
Otro fiel católico entrevistado por NPR, Sebastian Rus, si bien destacó que la Iglesia Católica realiza una importante labor social en el país y al rededor del mundo, señaló que la prohibición de los sacramentos a quienes no paguen el impuesto “no es buena”.
“No es una buena decisión decir ‘si no pagas tu impuesto, no tienes derecho a un funeral cristiano, un funeral católico”, lamentó.
Por su parte, el experto en historia de la Iglesia Carsten Frerk señaló a NPR que la norma de los Obispos alemanes “carece de sentido y no tiene asidero en el código legal de la Iglesia”.
“No puedes salir de la Iglesia bajo la ley de la Iglesia Católica, porque cuando eres bautizado, eres católico por toda tu vida”.
El vaticanista Sandro Magister también ha criticado la medida, a la que ha calificado como “excomulgar de facto” a los que no pagan el impuesto.
Por su parte, en un artículo publicado en diciembre en The Spectator, el analista católico Damian Thompson señaló que la gran cantidad de dinero con la que cuenta la Conferencia Episcopal Alemana, gracias al impuesto que cobra a los fieles, ha causado que los Obispos se sientan “con derecho a dictar la práctica pastoral” de las diócesis a las que ayudan financieramente en países en desarrollo.
La presión de los Obispos alemanes se ha puesto en especial manifiesto al presionar para la aprobación de la comunión a los divorciados en nueva unión.
Magister criticó sobre esta materia a los Obispos alemanes en octubre de 2014, al señalar que estos son “notablemente los más misericordiosos al querer conceder la comunión a los divorciados vueltos a casar, pero al mismo tiempo los más despiadados a la hora de la excomunión de hecho para los que rechazan aportar el óbolo a la Iglesia que en su país es obligatorio por ley”.
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