Un caso de vandalismo se produjo en Goa, en la India occidental, donde unos hombres profanaron una iglesia y dañaron una estatua de Nuestra Señora de Lourdes en una parroquia de un pueblo.
En otro estado indio, en Kerala, al sur del país, un cementerio cristiano en el distrito de Pathanamthitta fue objeto de vandalismo, con tumbas y lápidas destruidas durante dos días consecutivos. Incluso el muro del cementerio fue pintado con grafitis.
En Mangalore, en el estado de Karnataka, en la India central, una sala de oración católica en las afueras de la ciudad fue apedreada y rompieron las ventanas. Según los cristianos locales “algunos elementos antisociales están tratando de crear el pánico y la inseguridad en la sociedad”.
Nueva amenaza
“Vamos a continuar con los programas de ghar Wapsi (reconversión al hinduismo), a menos que el gobierno no introduzca leyes nacionales anti-conversión”, advierte Praveen Togadia, líder del Vishwa Hindu Parishad (VHP, radicales hindúes), al celebrar los 50 años del grupo en el distrito de Kandhamal (Orissa), el 28 de febrero.
Las palabras de Togadia parecen ignorar las declaraciones realizadas recientemente por el primer ministro Narendra Modi en defensa de la libertad religiosa.
Togadia habla luego de las acusaciones de otro líder radical hindú, Rashtriya Swayamsevak Sangh, que dijo que la Madre Teresa servía a los miembros de esta religión solo para convertirlos al cristianismo.
Grupo de Fanáticos hindú queman la foto de la Madre Teresa que TANTO amor dio a los más pobres y enfermos de la India pic.twitter.com/Di3DpfheMd
— Marinella Perdomo (@SuizaPerdomo) marzo 1, 2015
“Incluso la calumnia feroz y repugnante en contra de la obra de la Madre Teresa, dijo Sajan George, deben ser vistas la misma luz. El primer ministro pronuncia grandes discursos, mientras que los grupos extremistas siguen actuando sin ser molestados”.
A las acusaciones hechas a la fundadora de las Misioneras de la Caridad, Mons. Henry D'Souza, Arzobispo Emérito de Calcuta, respondió: “voy a orar por ellos, siempre la mejor manera de ayudar a estas personas es amarlos y ser misericordiosos”.
Sajan George, líder del Global Council of Indian Christians (Gcic), expresó que “la paz en la zona aún no se restauró y todavía hay tensiones. La presencia del VHP marginará y aterrorizará a la comunidad cristiana cada vez más vulnerable”.
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