Repercusiones
El Santuario, herido por las obras de la Línea Tres
A dos años del inicio de las excavaciones, algunas partes del templo guadalupano, como el piso y las paredes, han sufrido daños considerables, que necesitan ser reparados.
Jesús David Hernández Cruz
Grietas en muros y techos, suelos desnivelados a los cuales se vio necesario retirar el firme para rellenar con concreto las partes que comenzaban a hundirse (incluso fue necesario prescindir del piso cerámico para poder cerrar las puertas de la Notaría), son sólo algunos de los deterioros que ha causado la construcción de la Línea 3 del Tren Ligero al Santuario de Guadalupe, en la Zona Centro de la Ciudad.
El señor Cura José Guadalupe Dueñas Gómez aseguró que, a lo largo de estos últimos meses, las partes más afectadas han sido la Notaría, escaleras, oficinas y salones, todos ellos ubicados en la sección que colinda con la Avenida Fray Antonio Alcalde, a un costado del recinto.
La asistencia de los fieles ha bajado
Los daños a la estructura de la iglesia sólo han sido algunos de los inconvenientes con los cuales se ha enfrentado a lo largo de este tiempo el Párroco del lugar, pues, además, el cierre constante de las calles y las avenidas en la Zona Centro de la Metrópoli ha influido de manera considerable en las visitas de los fieles al Santuario; situación que ha repercutido, sobre todo, entre las personas que asisten de otras partes de la ciudad, las cuales, en su mayoría, se transportan en camiones públicos o autos particulares; y al percatarse de las dificultades con las que transitan los autobuses, las rutas alternativas que toman o la penuria de los conductores por encontrar un solo lugar para estacionarse, optan por no acudir.
Pese a los bloqueos que se imponen en los alrededores, el Padre Guadalupe Dueñas informó que el Santuario continúa sus actividades ordinarias y, aunque de una manera exacta no conoce el número de fieles que han dejado de participar en las misas dominicales, calcula, grosso modo, que la asistencia de los fieles ha bajado entre un 30 y un 35 por ciento.
El comercio se ha visto mermado
Uno de los sectores que más se ha sentido perjudicado por las obras del Tren Ligero ha sido el comercio. Los constantes taponamientos en los contornos de ese tradicional Barrio del Santuario han provocado que el número de transeúntes disminuya y, por consiguiente, también decae la afluencia de los consumidores.
Por ejemplo, para el señor Francisco Javier Lozano Gómez, un comerciante que se ubica a un costado de la iglesia, ha sido un golpe muy duro a su economía, pues de vender un promedio de entre 800 y 1,000 tacos por día en condiciones normales, ahora únicamente vende entre 300 y 400. Aunado a eso, destaca el problema del polvo que se genera por las excavaciones, lo cual para él es una situación delicada, debido a las características del alimento que vende. No obstante, aclaró que los trabajadores de la obra llegaron a un acuerdo con los locatarios de los alrededores para regar el suelo mediante una pipa de agua, cada dos días, por lo menos en tres ocasiones; sólo que hay días en que no lo hacen.
Publicar un comentario