A los peregrinos presentes en la plaza de san Pedro para el rezo del Ángelus, el Papa Francisco dijo estar “profundamente dolorido por los ataques terroristas de estos días en Somalia, Afganistán y Nueva York”.
Ayer en el barrio central de Manhattan, un uzbeko de 29 años, Sayfullo Saipov, arremetió con su camioncito contra un grupo de transeúntes y ciclistas, matando a ocho personas e hiriendo a otras 11. El joven fue herido en el estómago por la policía y ahora se encuentra hospitalizado en condiciones críticas. Según testigos oculares, saliendo de su vehículo, armado de una pistola gritando “¡Allah Akbhar!”, un hecho que hasta ahora no fue confirmado en vía oficial.
En Afganistán, el 25 de octubre pasado, un ataque suicida reivindicado por Daesh provocó 13 muertos y 20 heridos. El atentado sucedió en una zona muy controlada, donde tienen sus sedes diversas embajadas, entre las cuales la de los EEUU.
En Somalia, el 14 de octubre pasado, el grupo terrorista al-Shabaab (ligado a al-Qaeda) realizó un ataque haciendo explotar dos camiones en una zona llena de gente de la ciudad de la ciudad de Mogadiscio. El balance es de más de 300 muertos.
Después de un momento de silencio, el pontífice: “En el deplorar tales actos de violencia, ruego por los difuntos, por los heridos y sus familiares. Pedimos al Señor que convierta los corazones de los terroristas y libere al mundo del odio y de la locura homicida que abusa del nombre de Dios para sembrar muerte”.
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