En su visita pastoral el 1 de septiembre a Tumbes, en la frontera peruana con Ecuador, sitio de paso para los venezolanos que buscan en el Perú un futuro mejor, Mons. Eguren señaló que “con el Papa Francisco les digo que no se dejen robar la esperanza, siéntase hermanos entre hermanos”.
“Cuenten con nuestra solidaridad, apoyo y continua asistencia”, aseguró.
El prelado peruano señaló además que “con ustedes oramos incesantemente a la Virgen de Coromoto para que Venezuela encuentre la vía justa, pacífica y humana para salir de la grave crisis política que la oprime”.
“Vean en los sacerdotes, las religiosas y los laicos de la Vicaría de Tumbes que los están apoyando la presencia amorosa del mismo Jesús que no los abandona, que está siempre cerca de ustedes, para ayudarlos y fortalecerlos con su amor”.
En la zona de Tumbes, la Iglesia atiende a los miles de migrantes venezolanos que han huido de su país. Las comunidades parroquiales impulsaron el programa “Almuerzo Solidario”, que ha atendido hasta el momento a más de 2.100 migrantes.
En declaraciones a la prensa, Mons. Eguren destacó que “el alto número de migrantes venezolanos que ha llegado a Tumbes es el grito desesperado de un pueblo que le reclama a la comunidad internacional que no abandone a Venezuela”.
El prelado señaló además que es un llamado de ayuda para que se realicen “todos los esfuerzos necesarios para ponerle fin al sistema dictatorial que ha atentado contra los derechos fundamentales de su pueblo y lo ha sumido en la miseria”.
“Quedo gratamente impresionado de la labor que la Vicaría de Tumbes viene realizando en favor de estos hermanos nuestros, de la gran generosidad del pueblo tumbesino, así como de la gratitud, nobleza y empuje de los venezolanos con quiénes me he encontrado el día de hoy”.
“Quiera Dios que podamos seguir apoyándolos cada vez más y mejor”, expresó.
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