Mañana hablaré más específicamente de la “investigación” que quiere hacer la fiscal general de Nueva York. Pero hoy se me ha ido el tiempo mirando los datos de la Iglesia Católica en Estados Unidos. Vale la pena dedicar un post a saber cuál es la situación.
La foto no tiene que ver con el post, pero me gusta tanto esta foto. A san Juan Pablo II es uno de los santos a los que más devoción le tengo. Está entre los tres que más quiero. Pero volvamos al tema del post. Escribir este post me ha hecho revisar datos y concretar con números la impresión que tenía visitando ese país. Ha sido un post útil para mí.
Las conclusiones
La conclusión de todos los datos es que, después de los escándalos sexuales que hubo hasta el año 2000, se detuvo la gran corriente de conversiones. Un índice de conversiones creciente que auguraba que los católicos iban a ser la gran mayoría de la nación. Pero el escándalo acabó con eso. Una Iglesia que había logrado ser tan admirada y llena de prestigio pasó a ser despreciada por muchos.
Ahora bien, frente a la tremenda tormenta que soportó esa iglesia, hay que reconocer que la barca ha resistido muy bien, admirablemente bien, los zarandeos, las olas y el agua entrando. La Iglesia de ese país ha capeado el temporal. Lo normal en otra congregación pequeña hubiera sido que sus miembros se redujesen sustancialmente. Y, sin embargo, sigue teniendo el mismo porcentaje poblacional que tenía en 1975, incluso descontando el incremento por inmigración.
Los católicos han seguido siendo católicos a pesar de los escándalos. Pero se observa que el proceso de abandono de la religión que en Europa está más avanzado, también allí sigue avanzando; no tan rápido, pero a paso firme. La juventud está abandonando todo tipo de religión.
El mismo secularismo (y anticlericalismo) de Europa lo acabaremos viendo en suelo norteamericano.
Datos concretos
Desde 1965, el porcentaje de estadounidenses que son católicos casi no ha cambiado: ahora son el 25% de la población. Eso sí, hay un tercio menos de sacerdotes que en 1965. Y eso a pesar de que la población católica ha crecido un 65%.
En los últimos años, hemos perdido un tercio de los católicos de Estados Unidos. Si bien, las otras confesiones protestantes han perdido a muchos más de sus miembros. Los protestantes, globalmente, han pasado de ser el 62% de la población de Estados Unidos en 1971 a ser el 51% actualmente.
El número de católicos ha crecido por la inmigración de Latinoamérica. Pero el tanto por ciento de católicos nacidos en Estados Unidos ha pasado en 1975 del 23% de la población de ese país a ser el 18% en 2015. Este dato, aunque pueda parecer oscuro a algunos lectores, es el realmente importante. Hemos perdido la mitad de los miembros que los protestantes.
Si en 1976, más de 170.000 personas entraron en la Iglesia Católica en Estados Unidos, el año pasado entraron poco más de 100.000 personas.
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