El Papa Francisco hizo un llamado a los Obispos para que en sus agendas episcopales tengan “espacio real” para ocuparse de sus curas, dijo en el encuentro con los miembros del Secretariado Episcopal de América Central (SEDAC) que se realizó este jueves en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud.
Aseguró que los sacerdotes están en la línea de fuego. “Ellos llevan en su espalda el peso del día y están expuestos a un sinfín de situaciones diarias que los pueden dejar más vulnerables y, por tanto, necesitan también de nuestra cercanía, comprensión, aliento y de nuestra paternidad”.
El Sumo Pontífice aseguró que el resultado del trabajo pastoral, la evangelización en la Iglesia y la misión no se basa en los recursos materiales, ni en la cantidad de actividades que realicen, sino en la compasión, “uno de los grandes distintivos que como Iglesia podemos ofrecer a nuestros hermanos”, puntualizó.
Añadió que, en la labor pastoral, sobre todo en las parroquias -detalla el Papa-, hay tareas administrativas, las cuales el obispo las puede delegar; sin embargo, lo que no pueden dejar en manos de otros es la capacidad de escuchar. “El oído es una puerta abierta para ellos, pues crea condiciones que posibilitan la confianza más que el miedo, la sinceridad más que la hipocresía, así como el intercambio franco y respetuoso más que un monólogo que disciplina”, increpó.
El Papa Francisco resaltó a los miembros del SEDAC, la importancia de que el cura encuentre al padre, al pastor en el que “mirarse” y no al administrador que quiere “pasar revista de las tropas”, pues es necesario que los sacerdotes perciban en el Obispo a un hombre capaz de “jugarse y dar la cara por ellos, de sacarlos adelante y ser mano tendida cuando están empantanados”.
Inspirado en la figura de san Óscar Romero
Durante su encuentro en el SEDAC, que cumplió 75 de labores y es el primer organismo de comunión episcopal del continente americano, el Papa Francisco recordó la figura del recién canonizado, monseñor Óscar Romero, a quien consideró como una fuente constante de inspiración para las Iglesias de Latinoamérica.
“El principio inspirador y lo que fue su vida de pastor se quedó plasmado en su lema: “Sentir con la Iglesia”. Brújula que marcó su vida en fidelidad, incluso en los momentos más turbulentos de monseñor Romero. Este es un legado que puede transformarse en testimonio activo y vivificante para nosotros”, recalcó el Papa.
Pidió no tener miedo de tocar y acercarse a las heridas de las personas, pues hacerlo, es seguir el estilo del Señor. “El pastor no puede estar lejos del sufrimiento de su pueblo; es más, podríamos decir que el corazón del pastor se mide por su capacidad de dejarse conmover frente a tantas vidas dolidas y amenazadas”.
La JMJ
Asimismo, destacó que la Jornada Mundial de la Juventud es una oportunidad para acercarse a la realidad de los jóvenes, la cual tiene esperanzas, pero también está marcada por heridas profundas.
“Con ellos podremos visualizar cómo hacer más visible y creíble el Evangelio en el mundo que nos toca vivir; ellos son como termómetro para saber dónde estamos como comunidad y sociedad. Ellos portan consigo una inquietud que debemos valorar, respetar, acompañar, y que tanto bien nos hace a todos porque desinstala y nos recuerda que el pastor nunca deja de ser discípulo y está en camino”, particularizó el Papa.
Aseguró que en Latinoamérica, la violencia doméstica, los feminicidios, bandas criminales, tráfico de droga, explotación sexual de menores, se han convertido en una plaga, ocasionada por una sociedad que se fue “desmadrando”, es decir, se fue quedando huérfana de cultura, raíces, familia y de un eficaz sistema económico.
También hizo referencia a la situación actual migratoria y aseguró que la Iglesia, gracias a su universalidad puede ser hospitalaria y fraterna. “Acoger, proteger, promover e integrar pueden ser los cuatro verbos con los que la Iglesia, en esta situación migratoria, conjugue su maternidad en el hoy de la historia”, recalcó.
Al final del encuentro, exhortó a los obispos a promover programas y centros educativos para acompañar, sostener y potenciar a los jóvenes. “Róbenselos a la calle antes de que sea la cultura de muerte la que “vendiéndoles humo” y mágicas soluciones se apodere y aproveche de su imaginación. Y háganlo no con paternalismo, de arriba a abajo, porque eso no es lo que el Señor nos pide, sino como padres, como hermanos a hermanos”.
Entre risas, el Sumo Pontífice pidió a que hicieran oración por él para que pueda cumplir con todas las propuestas que les expuso a los obispos.
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