Homilía del Papa Francisco en la fiesta del Bautismo del Señor

VATICANO, 13 Ene. 19 (ACI Prensa).- Como es habitual en la fiesta del Bautismo del Señor, el Papa Francisco presidió la Misa en la Capilla Sixtina en el Vaticano en la que bautizó esta vez a 27 bebés: 12 niños y 15 niñas.

A continuación, la homilía que el Santo Padre pronunció de manera improvisada:

Al inicio de la ceremonia se les hizo una pregunta: “¿Qué piden para vuestros hijos?” Y todos ustedes han dicho: “La fe”. Ustedes piden a la Iglesia la fe para vuestros hijos, y hoy ellos recibirán el Espíritu Santo y el don de la fe cada uno en el propio corazón, en la propia alma. Pero esta vez luego debe desarrollarse, debe crecer.

Sí, alguno puede decirme: “Sí, sí, deben estudiarla”. Sí, cuando vayamos al catecismo estudiaremos bien la fe, aprenderemos la catequesis. Pero antes que estudiarla, la fe es transmitida, y esto es un trabajo que les toca a ustedes. Es una tarea que ustedes reciben: transmitir la fe, la transmisión de la fe. Y esto se hace en casa porque la fe siempre va transmitida “en dialecto”: el dialecto de la familia, el dialecto de la casa, en el clima de la casa.

Esta es vuestra tarea: transmitir la fe con el ejemplo, con las palabras, enseñando a hacer la señal de la cruz. Esto es importante. Vean, hay niños que no saben hacer la señal de la cruz. “Haz la señal de la cruz”, y hacen una cosa asi, que no se entiende qué cosa es. Para comenzar enséñenles esto.

Pero lo importante es transmitir la fe con vuestra vida de fe: que vean el amor de los esposos, que vean la paz de la casa, que vean que Jesús está allí. Y me permito un consejo –perdónenme, pero les aconsejo esto– no peleen nunca delante de los niños, nunca. Es normal que los esposos peleen, es normal. Sería extraño lo contrario. Háganlo, pero que ellos no escuchen, que ellos no vean.

Ustedes no saben la angustia que recibe un niño cuando ve pelear a sus padres. Esto, me permito, es un consejo que los ayudará a transnitir la fe. ¿Es malo pelear? No siempre, pero es normal, es normal. Pero que los niños no vean, no escuchen, por la angustia.

Y ahora continuaremos la ceremonia del Bautismo, pero tengan esto en mente: vuestra tarea es transmitirles la fe. Transmitirla en casa, porque allí se aprende la fe, luego se estudia en la catequesis, pero en casa se recibe la fe.

Y antes de seguir quisiera decirles otra cosa: ustedes saben que los niños se sienten hoy en un ambiente que es extraño: un poco caluroso, están cubiertos. Y sienten el aire soficante. Luego lloran porque tienen hambre. Es un tercer mnotivo para llorar, es un “llanto preventivo”. Una cosa extraña: no saben qué cosa sucederá y piensan: “Yo lloro primero, luego veremos”. Es una defensa.

Les digo, que estén cómodos. Estén atentos a no cubrirlos demasiado. Y si lloran por hambre, amamántelos. A las madres les digo: Amamanten a los niños, tranquilas, el Señor quiere esto porque, ¿dónde está el peligro? En que ellos también tienen una vocación polifónica: comienza a llorar uno y el otro hace el contrapunto, y luego otros ¡y al final tenemos un coro de llanto!

Y así continuamos en esta ceremonia, en paz, con la consciencia de que les toca a ustedes la transmisión de la fe.

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