Massimiliano Menichetti – Ciudad del Vaticano
La Jornada Mundial de la Juventud de Panamá también será una oportunidad para hacer visibles las realidades juveniles, entre las cuales los migrantes, los indígenas y las comunidades de origen africana. A pocos días del gran encuentro internacional, el Arzobispo del pequeño istmo centroamericano, Monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, reafirma en una entrevista que la Iglesia panameña es una realidad viva que “dialoga con quien es ‘diverso pero no está distante’, que sabe mantener un diálogo ecuménico e interreligioso, una Iglesia que está al servicio de todos, sin excluir a nadie”.
¿Cómo se prepararon para este gran encuentro con el Papa y los jóvenes de todo el mundo?
Nuestra preparación estuvo sostenida primero en la oración, y pusimos este proyecto a los pies del Señor, instaurando el Día de Oración por la JMJ, estableciendo el 22 de cada mes, durante casi dos años. Elegimos el día de la fiesta de San Juan Pablo II, quien creó la JMJ.
También hemos tenido el apoyo de una prestigiosa empresa que ha desarrollado los procesos de forma muy metodológica que nos permitió dar seguimiento de cada paso que dimos en la organización en las distintas direcciones del Comité Organizador Local de la JMJ.
¿Qué Iglesia encontrará el Papa Francisco?
Encontrará un Iglesia joven y alegre; auténtica, multiétnica y pluricultural, con una fe viva, con un compromiso de anunciar el Evangelio. Con una Iglesia que no defraudará la confianza que ha puesto el Papa en este pequeño Istmo para organizar un evento único e histórico como lo es la JMJ.
Una Iglesia que reafirma el magisterio del Papa Francisco, en anunciar esa Iglesia en salida y en busca de los que están en las periferias.
Una Iglesia que dialoga con los que son “diferentes más no distantes”, que sabe sostener un diálogo ecuménico e interreligioso. Una Iglesia que ha sido servidora de todos, sin exclusión de nadie. Usted ha dicho que será una JMJ que pondrá a los jóvenes que buscan a Cristo en el centro, y no olvidará la cuestión de los nativos y las migraciones.
¿Qué tan importantes son estos aspectos?
La JMJ es la oportunidad de visibilizar las realidades juveniles, entre ellas los migrantes, los indígenas y los afrodescendientes. No podemos ignorar estas realidades, pero tampoco podemos quedarnos sin hacer nada, creo que el escenario de la Jornada ayudará a colocar estas realidades y también como la Iglesia en Centro América viene acompañando estas realidades.
¿Qué espera de esta JMJ?
Esperamos que pueda ser aprovecha por la mayor cantidad de jóvenes de la región centroamericana y del continente americano. Y quienes no puedan estar físicamente, hemos trabajado para garantizar que puedan seguirla en las distintas plataformas de comunicación. Pero al final que los jóvenes puedan salir más inquietos y comprometidos en buscar las respuestas a sus interrogantes existenciales, y definan su proyecto de vida.
¿Qué les desea a los chicos y chicas de la JMJ?
Que se dejen acariciar por el amor misericordioso del Padre, que puedan sacarle el mayor provecho a las catequesis, a las palabras del Papa, que viene a confirmarnos en la fe, pero a decirles que la Iglesia y la sociedad, los necesita… que se atrevan a responder al llamado de Dios. Con nuestra oración.
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