Parvus error in principio magnus est in fine. Un pequeño error en el comienzo puede ser grande al final. Un error acerca de apreciaciones constitucionales acerca de la soberanía nacional puede llevar medio siglo después a que las calles de Barcelona se conviertan en un campo de batalla con miles de jóvenes antisistema, con las caras ocultas, arrojando cócteles molotov contra los antidisturbios.
Un error teórico acerca de Derecho Constitucional, por una larga serie de causas y efectos, puede acabar en que un policía nacional acabe en un hospital de Tarragona con el 40% de su cuerpo quemado.
No solo eso, la inestabilidad trae consigo pobreza. Un error acerca de si un pueblo tiene derecho a autodeterminarse puede provocar el que cien mil personas no tengan ningún sueldo y permanezcan en el paro durante años, con las consecuencias que eso tiene para la autoestima y la misma paz familiar.
La serie de causas y efectos se retuercen, se multiplican. Quizá nadie establezca ningún nexo de conexión entre la inestabilidad de una comunidad autónoma y la depresión de un joven en paro, pero lo cierto es que cada hecho que sucede en este mundo tiene una causa o cúmulo de causas. No me vale el que alguien dentro de un par de años diga agitando la cabeza: “¿Quién iba a pensar que se iban a radicalizar?”. No me vale que, después de hechos luctuosos, un político independentista diga: “Condeno estos hechos”.
No hay que ser muy listo para entender que ciertas causas tienen ciertos efectos. Si se agita el cesto de toda una población, siempre va a haber grupos extremistas. Pensar de otro modo es no conocer la naturaleza humana ni la Historia.
Desde un punto de vista moral, basado en el ordenamiento de la razón, hace tiempo que vi claro que no hay lugar para ambigüedades: el independentismo catalán debe ser rechazado como una objetiva fuente de males.
Cuanta más tolerancia y equidistancia deseen mostrar las mentes progresistas, más daño provocarán a toda la nación, catalanes incluidos. Si, al final, se va a cerrar la puerta tras muchos males, más vale cerrarla ahora.


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