REPAM: Día 7 de navegación hacia el Sínodo de la Amazonía

Ciudad del Vaticano

2 septiembre, Día 7 de navegación. Iniaciamos con la oración permanente del Sínodo de la Amazonía:

“Que el Dios de la vida y la belleza, el Espíritu Santo que nos impulsa hacia más fraternidad, unidad y dignidad, y el Cristo encarnado de la Buena Nueva, y de la inculturación y la interculturalidad nos den la serenidad, el discernimiento y la valentía para encontrar los nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral en este Sínodo Amazónico. Todo ello para el bien y la vida de sus pueblos y comunidades, y para caminar más juntos por el Reino”.

Meditar por unos momentos esta petición inicial, buscar la calma interior para entrar en este momento de navegar por las aguas de la Amazonía y de la vida de la Iglesia al servicio de sus pueblos y comunidades, y para escuchar el llamado de Dios a través de su palabra viva.

Lectura del día

-Fragmento- (cada uno es invitado a profundizar en la lectura completa según su propia necesidad y criterio):

“En aquel tiempo, Jesús llegó a Nazaret, el lugar donde se había criado, y, como tenía por costumbre, entró un sábado en la sinagoga, y se puso en pie para leer las Escrituras. Le dieron el libro del profeta Isaías y, al abrirlo, encontró el pasaje que dice:

El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado para llevar a los pobres la buena noticia de la salvación; me ha enviado a anunciar la libertad a los presos y a dar vista a los ciegos; a liberar a los oprimidos y a proclamar un año en el que el Señor concederá su gracia. Cerró luego el libro, lo devolvió al ayudante de la sinagoga y se sentó. Todos los presentes lo miraban atentamente. Y él comenzó a decirles:

—Este pasaje de la Escritura se ha cumplido hoy mismo en presencia de ustedes” Lucas 4, 16-30 (fragmento).

Reflexión desde la perspectiva del Sínodo Amazónico

En este Sínodo Amazónico nos sentimos seguros de la presencia de Jesús en medio de la realidad cotidiana de sus pueblos y comunidades. Su voz hace eco profundo a través de los ríos, selvas, montañas, comunidades, pueblos y ciudades y en
el corazón de las mujeres y hombres sencillos. Su promesa de libertad para los que más sufren encuentra la anhelada tierra fértil en el corazón de los pueblos y comunidades en la Amazonía.

Aquí se está cumpliendo también su promesa de una Iglesia que se siente llamada a llevar la buena noticia de la salvación, y a ser ella misma una presencia actuante y solidaria para que ello suceda. Este Sínodo ha provoca- do incomodidad en muchos poderosos, pero con la certeza de la comunión no podemos olvidar que Jesús mismo ha prometido esta libertad a los más olvidados. Esta liberación es integral o no será tal, pues los ciegos que no ven lo que sucede en esta Amazonía también son destinatarios de esta promesa y habrán de ver nuevamente.

Este Sínodo Amazónico, en este Kairos, se reconoce en ese año de gracia prometido por el Señor.

Contemplación

Contemplemos la imagen de este día y dediquemos un momento a reconocer nuestra propia vida y experiencia en la Iglesia y al servicio de la Amazonía para pedir luz en esta palabra de Dios en preparación del Sínodo. Escribir mis peticiones particulares y permanecer en ellas durante este día. Hacemos una invitación a llevar un registro de todo lo que el Espíritu suscite en nosotros como preparación interior para el Sínodo Amazónico.

Cita para meditación de cierre

Laudato Si. No. 245

Dios, que nos convoca a la entrega generosa y a darlo todo, nos ofrece las fuerzas y la luz que necesitamos para salir
adelante. En el corazón de este mundo sigue presente el Señor de la vida que nos ama tanto. Él no nos abandona, no nos deja solos, porque se ha unido definitivamente a nuestra tierra, y su amor siempre nos lleva a encontrar nuevos caminos. Alabado sea.

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