Por Juan Gaitán | @FalsoConFalso
¿Qué tiene de especial este Año de la Misericordia? Individualmente, ¿a dónde nos lleva tanta reflexión?
A partir de esta pregunta, quisiera compartir siete conocimientos que creo que todo católico debe saber para vivir su cristianismo de acuerdo al Evangelio. Se trata de cuestiones prácticas que conozco gracias al testimonio de algunos amigos que alimentan mi fe.
- ¿A qué personas les podría regalar una despensa? Sería bueno para este Año tener, al menos en la mente, una lista de personas a las que les vendría bien que les compartiera una despensa: quien recoge la basura, la viejita que pide limosna en la calle, la familia que trabaja en el semáforo, quien cuida los coches en el estacionamiento del supermercado.
- ¿Cuáles son los asilos de la ciudad? Todo católico tendría que saber cuáles son los asilos de su ciudad. Sobre todo aquellos que no se encuentran en condiciones óptimas y en los que los abuelitos reciben escasas visitas. Claro, saber esto es apenas el primer paso.
- ¿Cuáles son los orfanatos de la ciudad? Lo mismo que el punto anterior pero ahora con niños. Un buen católico sabe a qué orfanatos lo dejan entrar a dar de cenar, a enseñar a tocar un instrumento, a ayudar con la regularización escolar (hacer tareas)… las posibilidades son infinitas.
- ¿Qué se necesita para ir a la cárcel a visitar personas? Una de las obras de misericordia es visitar (o socorrer) a los presos. Si esto es así, un discípulo de Jesucristo ya sabría qué se necesita para ir de vez en cuando a la cárcel, cómo puede colaborar allí, etc.
- ¿Dónde duerme la gente que va a los hospitales y no tiene dónde quedarse y qué comen? En toda ciudad hay hospitales a los que acude gente de las periferias. Algunos de ellos deben pasar la noche a la intemperie esperando a su familiar. Después de algunos días se les acaban los recursos. Algunos son asistidos por albergues, pero no todos incluyen alimentos.
- ¿En qué zonas de la ciudad la gente pasa frío? Un católico no puede ignorar cuáles son las zonas menos favorecidas de su ciudad. A pesar de que suelen ser peligrosas, hay muchas maneras de tender una mano.
- ¿Qué comen los ancianos que piden dinero cerca de donde vivo? A veces no nos preguntamos si las personas que piden limosna, especialmente los ancianos, realmente comen algo durante el día o no. Podríamos llevarnos muy tristes sorpresas al acercarnos a conversar dos minutos con alguien en esta situación. No es descabellado invitar a alguna de estas personas a comer a una cocina económica o una fonda cerca de donde se encuentren.
¿Qué otra cosa crees que todo católico debería saber este Año de la Misericordia? ¡Comenta debajo del texto para enriquecernos mutuamente!
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