En diálogo con ACI Prensa, el Obispo Auxiliar de Monterrey y secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Mons. Alfonso Miranda Guardiola, destacó que “gracias a Dios nos ha ido muy bien” con la campaña “y se han incrementado, bendito Dios, los donativos”.
Sin embargo, sabe que no es suficiente. “Cada día aumenta más y más la gente que necesita alimentos, que experimenta escasez”, dijo.
Mons. Miranda Guardiola destacó que gracias a la Arquidiócesis de México y al equipo de la Dimensión Episcopal de Fe y Compromiso Social de la CEM se ha podido añadir el servicio de la escucha y ayuda psicológica.
“Teníamos 500, casi 600 llamadas, y una buena parte de ellas piden no solo despensa, piden consuelo, atención psicológica”, señaló el Prelado.
La Iglesia en México, indicó, ya está trabajando para poder incluir próximamente entre su asistencia la ayuda para “la promoción del empleo”.
“Y eso sin tomar en cuenta todo el trabajo que hacen las Cáritas diocesanas, las Cáritas parroquiales, cada sacerdote en su propia comunidad parroquial”, señaló.
Mons. Miranda Guardiola subrayó que la campaña de Dona Despensas, a la que se puede acceder tanto a través del sitio web donadespensas.mx y del teléfono 01800-CARITAS sirve tanto “para aquel que hoy puede dar, como para aquel que hoy puede necesitar”.
“El que pueda, que dé de lo que Dios le ha dado: una, dos, tres, cinco despensas. Y el que necesita, que tome”, señaló.
“Si tenemos un poco hay que compartir, porque también llegará el momento en el que tendremos que pedir”, añadió.
Mons. Miranda Guardiola también expresó su certeza de que, en medio de la crisis y el aislamiento social, en el país “hay un hambre de Dios, de ir a los templos, a las parroquias, a los grupos parroquiales”.
“Si la gente pudiera, se volcaría de regreso a las iglesias”, dijo. Pero “como no se va a poder, esto tendrá que ser gradual”.
El Prelado mexicano no coincide con quienes piensan que debido al cierre del culto público y la transmisión de las Misas por Internet los fieles se hayan acostumbrado a no asistir a la liturgia.
“Al contrario, veo un dinamismo mayor y espero, percibo, que habrá un regreso muy fervoroso, muy entusiasta, muy agradecido a Dios”, señaló.
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