La invitación para esta audiencia privada surgió después de que el Papa Francisco llamara a los dos hermanos y dos hermanas, que han estado trabajando en la línea del frente contra el COVID-19 en Italia y Suiza.
Tres de los hermanos enfermeros Mautone trabajan en la frontera entre Italia y Suiza, Valerio y María en la ciudad italiana de Como y Raffaele en la población suiza de Lugano, mientras que Stefana trabaja en Nápoles.
En la próxima audiencia, el Santo Padre recibirá una caja llena de cartas de algunas personas que han sido afectados directamente por la pandemia del COVID-19: enfermos, trabajadores de la salud y quienes están de luto por la muerte de un ser querido.
Uno de los hermanos, Valerio de 43 años, está peregrinando a pie a Roma a través de la vía Francigena desde Viterbo.
Por su parte, María de 36 años pidió oraciones y dijo en Facebook que está muy feliz por llevar las cartas al Papa.
Stefania de 38 años indicó al diario Città Nuova que está muy feliz por ser recibida por el Papa porque para ella “es como un padre” y añadió que “en nuestro trabajo hemos intentado hacer los pasos correctos, estábamos desesperados, pero el Papa colocó el mundo sobre sus hombros. Mostró que incluso en la situación más oscura todo se puede depositar delante de Jesús crucificado”.
“El Papa que camina solo en la plaza de San Pedro y nos bendice quedará para siempre grabado en el corazón, es la imagen de la soledad que han sentido los pacientes de Covid, ha demostrado que el Papa también está solo, pero si hay Dios nada nos falta”, afirmó Stefania.
Traducido y adaptado por Mercedes De La Torre. Publicado originalmente en CNA
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