¿Por qué el Valle de los Caídos es importante? Historiador responde

, 29 Sep. 20 (ACI Prensa).- El anuncio del anteproyecto de Ley de Memoria Democrática presentado recientemente por el Gobierno de España, liderado por el PSOE en alianza con Podemos, incluye la “resignificación” del Valle de los Caídos, un monumento a las víctimas de ambos bandos de la Guerra Civil Española (1936-1939) formado por una basílica, un cementerio y una hospedería. La “resignificación” conllevaría, entre otras consecuencias, la conversión del lugar en un cementerio civil y muy probablemente la salida de la comunidad benedictina que vive allí.

No se trata de un proyecto reciente, sino que lleva en la mesa desde el año 2007, cuando el entonces presidente de España, también del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, aprobó la Ley de Memoria Histórica. Desde ese momento se han ido sucediendo numerosas propuestas para este lugar.

Históricamente el Valle de los Caídos ha sido un lugar controvertido por haber sido construido durante el régimen de Francisco Franco. Se sitúa en el Valle de Cuelgamuros, en la sierra de Guadarrama, en Madrid.

Aunque hay quien asegura que se trata de un monumento al bando nacional o que exalta la dictadura franquista, la decisión de crear un complejo arquitectónico de tal magnitud se tomó con el objetivo de que fuera “un monumento a todos los caídos durante la Guerra Civil, bajo los brazos pacificadores de la cruz”, según Alberto Bárcena, historiador y profesor de la Universidad CEU San Pablo de Madrid.

La Guerra Civil Española

La Guerra Civil comenzó el 18 de julio de 1936 con el levantamiento de una parte de las fuerzas armadas que constituyeron el bando nacional, sublevado contra el gobierno de la Segunda República o bando republicano, que recibió apoyos de la Unión Soviética y de Francia mediante el envío de combatientes voluntarios conocidos como las Brigadas Internacionales.

Desde el año 1931, durante la II República y la posterior Guerra Civil ocurrió una persecución religiosa por odio a la fe. Se estima que pudieron fallecer a causa de su fe unas 10 mil personas entre obispos, religiosos y seglares.

Otro momento que ilustra la persecución religiosa en la Guerra Civil española es el fusilamiento, y posterior destrucción, del monumento al Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles, a pocos kilómetros de Madrid.

Desde el bando nacional también se cometieron crímenes, conocidos como “terror blanco”. Con la ayuda de los regímenes alemán e italiano el bando nacional ganó la Guerra Civil, que terminó el 1 de abril de 1939. Entonces comenzó la dictadura de Francisco Franco que duró hasta su muerte el 20 de noviembre de 1975.

Se estima que en total los caídos durante la Guerra Civil española oscilan entre los 500 mil y el millón de muertos. 

El régimen de Francisco Franco que se erigió después de la Guerra Civil se enmarca en un periodo calificado como “nacionalcatolicismo”, que en palabras de Bárcena significa que el Estado y su simbología “se identificaba con el catolicismo”.

Construcción del Valle de los Caídos

La construcción del Valle de los Caídos comenzó en el año 1940, finalizó en 1958 y se inauguró en 1959. “Durante esos casi 20 años hubo presos trabajando allí y redimiendo sus penas durante sólo 7 años. No trabajaban gratis, ya que se contemplaba un salario que se entregaba al preso como dinero de bolsillo; otra parte iba para su familia y otra a una cartilla de ahorro que se le entregaba al acabar su condena”, asegura el historiador.

En el Valle de los Caídos está compuesto por una basílica pontificia menor, erigida como tal en 1960 por San Juan XXIII; sobre ella se instala una cruz que es “la más grande de la cristiandad con 150 metros de altura, o 300 metros si se cuenta desde el risco de la Nava donde está elevada. Y los brazos miden 24 metros cada uno”; también está la abadía en la que vive una comunidad de religiosos benedictinos desde 1958; y una escolanía en la que estudian niños menores de 14 años que reciben una amplia formación musical; la hospedería y un centro de estudio sociales, que hoy en día está inutilizado.

Aunque el anteproyecto actual, de la ahora llamada Ley de Memoria Democrática no contempla de manera explícita la eliminación de la cruz que preside el valle, y que es la más grande del mundo, en ocasiones anteriores partidos como Izquierda Unida y Podemos, que actualmente forman parte del Gobierno, sí habían propuesto su eliminación.

En el decreto fundacional del Valle se previó que tuviera como fines: mantener el culto y que se celebrará Misa todos los días por España y por los caídos de ambos bandos; llevar una escolanía que cuenta con fama internacional y la creación de un Centro de Estudios Sociales que funcionó hasta mediados de los años 80 y que pretendía profundizar en el pensamiento de los papas sobre la Doctrina Social de la Iglesia.

En ese sentido, Bárcena asegura que “es el único monumento del mundo que está levantado a los dos bandos de la Guerra”.

Presencia religiosa

La presencia de una orden religiosa en el Valle de los Caídos está también contemplada desde el inicio. “Se eligió a la orden de los benedictinos por su tradición de ‘ora et labora’ y por el cuidado que tienen en la liturgia, a la que se le quería dar todo el esplendor posible”, asegura el profesor de la Universidad CEU San Pablo.

El Papa Pío XII emitió el 27 de mayo de 1958 el breve pontificio “Stat Crux”, por el que disponía lo oportuno para la erección de un monasterio de la orden benedictina en la Abadía del Valle de los Caídos. En julio de 1958 se instalaron allí 20 monjes. Actualmente viven 23 religiosos, de los que algunos pertenecen a los que llegaron en 1958. 

El anteproyecto de Ley de Memoria Democrática prevé la extinción de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos, sobre la que se sustenta jurídicamente la presencia de esta orden religiosa. Además, la ministra Carmen Calvo aseguró que su presencia es “incompatible con los nuevos objetivos del valle” por lo que es altamente probable que deban abandonarlo.

“El prior actual, el P. Santiago Cantera, y el abad emérito, P. Anselmo, han intentado defender la presencia benedictina allí, reivindicar su trabajo en el valle. Pero al ser incómodos se les puso en el punto de mira, y han sido totalmente ignorados”, precisó Bárcena.

Cementerio civil

Dentro de la basílica están enterrados más de 33 mil fallecidos durante la Guerra Civil. Para ser sepultados allí debían cumplir los requisitos de ser español, haber caído durante la guerra civil y estar bautizado.

Entre ellos está José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange, partido político sobre el que Franco sustentó su régimen y fallecido durante la contienda al que el anteproyecto de ley quiere trasladarlo “a un lugar más discreto”. Francisco Franco también fue sepultado en la basílica, pero al no haber muerto durante la contienda, se pudo argumentar jurídicamente que no cumplía los requisitos para estar enterrado allí. Sus restos fueron retirados en octubre de 2019.

Entre las propuestas que recoge el anteproyecto de Ley de Memoria Democrática se incluye el cambio del Valle de los Caídos en un cementerio civil. Pero es algo tremendamente difícil porque “está dentro de la misma basílica” por lo que Bárcenas se cuestiona el modo de llevarlo a cabo respetando los derechos de la Iglesia. 

También están enterrados 57 mártires y otros religiosos en proceso de beatificación cuyas reliquias se encuentran allí. Hay numerosos familiares de personas enterradas en el Valle que han manifestado su deseo explícito de que sus restos se mantengan en ese lugar.

El Gobierno ha previsto en este anteproyecto la creación de un banco de ADN para la exhumación e identificación de los cuerpos, sin embargo, en numerosas ocasiones esto se ha visto como imposible de realizar y además violaría el deseo de familiares que sí han manifestado explícitamente la intención de que los restos de sus fallecidos permanezcan allí.

Bárcena subraya que “desde la muerte de Franco se le ha querido dar un valor político al Valle de los Caídos, porque hasta entonces parecía que se comprendía que era un monumento a la reconciliación. Y la campaña contra el Valle de los Caídos es porque se ha querido anteponer su simbología franquista, y como si la simbología y significado religioso fuera secundario o despreciable”.

En ese sentido destaca que no es un problema con la “simbología franquista” sino “un problema religioso”, porque aunque la actual Ley de Memoria Histórica excluye monumentos religiosos, “también se han quitado numerosas cruces en otros lugares”. 

Además, en opinión de Bárcena, el Valle ya era de por sí “un lugar de concordia y reconciliación porque se proyectó así. Pero ha sido un lugar de división desde el gobierno de Zapatero hasta ahora”.

Francisco Franco fue exhumado en octubre de 2019 del Valle de los Caídos y trasladado al cementerio de Mingorrubio, junto con los de su esposa. “Nunca pensé que sacar a Franco fuera una solución al tema político que se ha planteado de manera artificial, sino que era un primer paso para continuar con lo que ha venido y que ha sido de manera inmediata, como estamos viendo ahora”, aseguró Bárcena en referencia al anteproyecto de Ley de Memoria Democrática. 

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