El edificio eclesiástico se encuentra en medio de un bosque lejano, ubicado al norte de la ciudad de Cardross, Dumbartonshire, al norte de Glasgow. Al llegar al lugar, lo primero que se observa son puertas cubiertas de alambres de púas que tienen colgado un letrero que dice: “Manténgase fuera”, para bloquear el ingreso a los visitantes.
Según señala National Catholic Register (NCR), en 1958, el entonces Arzobispo de Glasgow, Mons. Donald Campbell, dispuso construir el seminario, debido a que el antiguo seminario de San Pedro ubicado en Bearsden quedó destruido en 1946, tras un incendio provocado por un desastre natural.
La decisión de Mons. Campbell se dio en medio del aumento de vocaciones que experimentó la Iglesia Católica de 1950 a 1960. En ese tiempo, la Iglesia en Escocia, como en otros lugares, esperaba plenamente que esta tendencia continuara con los años.
Además, la población católica de Escocia, particularmente en Glasgow, estaba creciendo significativamente, por lo que se esperaba que con el seminario de San Pedro se pueda contar con suficientes sacerdotes que puedan unirse a las congregaciones en expansión.
El Prelado decidió que el recinto se construya en lo que era Kilmahew House, una mansión baronial escocesa de 1860. El contrato de construcción se firmó con Gillespie, Kidd & Coia y los diseñadores arquitectónicos fueron Isi Metzstein y Andy MacMillan. Los trabajos de construcción iniciaron en 1962 y se inauguró en 1966.
Los diseñadores estuvieron influenciados por el arquitecto europeo más importante de la época, Le Corbusier, y como la idea era que el edificio albergue a muchas generaciones de seminaristas, la arquitectura elegida para el diseño del nuevo seminario fue modernista y brutalista.
El trabajo arquitectónico fue reconocido por la crítica, al punto que los diseñadores ganaron el premio de arquitectura RIBA en 1967. El diseño del seminario se alejó de lo que tradicionalmente era la arquitectura de la iglesia escocesa. “De hecho, en ese momento, era arquitectónicamente diferente a cualquier edificio público en Escocia”, señala NCR.
El crítico de arquitectura Jonathan Glancey dijo que el estilo de hormigón en bruto de Corbu, presente en el seminario de San Pedro, “podría ser visto como un sucesor natural o complemento de las tradicionales casas torre escocesas, con sus formas rugosas y materiales duros”. Por ello, el seminario proyectaba “un aura retrospectiva junto con su visión futurista”, indicó.
En octubre de 2005, el Seminario de San Pedro fue nombrado por la revista de arquitectura Prospect el edificio más grande de Escocia después de la Segunda Guerra Mundial.
Si bien el Seminario de San Pedro ganó elogios de la crítica, “los que tenían que vivir en el edificio tenían una percepción completamente diferente”. Al punto que aunque su capacidad era de hasta 100 seminaristas, nunca se acercó a esa cantidad de estudiantes.
“El edificio era difícil de calentar, una necesidad [prioritaria] en Escocia; también, era propenso a fugas que lo hacían costoso de reparar. Solo en 1967, se informaron 63 fugas. Además, el seminario estaba mal insonorizado”, explicó NCR.
Este problema se sumó a que a los pocos años de su construcción, tras el Concilio Vaticano II, ocurrió una crisis en los seminarios de todo el mundo, incluida Escocia, que devino en una caída significativa de la entrada regular de seminaristas al Seminario de San Pedro. Todo ello llevó a que los directores del seminario decidieran cerrarlo en 1980.
Cuarenta años después, el seminario continúa en medio del bosque, pero ahora está en ruinas y con grafitis en sus muros parcialmente destruidos.
En el centro del edificio eclesiástico está lo que era la capilla. Aunque el diseño de la nave y el santuario todavía están presentes, lo que fue el altar mayor ahora solo es una pieza de concreto sin techo. Debajo del altar mayor hay una cripta con varios altares, donde los sacerdotes celebraban Misas privadas matutinas de acuerdo a los cambios litúrgicos de la época.
Al descender por una escalera de piedra llena de vidrios rotos, todavía se ven muchos altares de este tipo en filas. Lamentablemente, los altares fueron vandalizados con grafitis obscenos y macabros, indica NCR.
En el verano de 2020, la Arquidiócesis de Glasgow logró transferir la propiedad del antiguo seminario a una fundación de caridad. Los nuevos propietarios del sitio, Kilmahew Education Trust, planean “desarrollar una visión viable, con la educación en su centro”.
El Seminario de San Pedro no solo representa un espacio de importancia arquitectónica e histórica de la Iglesia moderna, sino que lleva consigo una “experiencia escatológica”. El edificio abandonado y en ruinas demuestra que mucho de lo que intentamos lograr en la tierra se borrará mucho después de fallecer, y nos recuerda que aquí en la tierra “no tenemos una ciudad eterna”, concluyó.
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