En su mensaje por el vigésimo quinto domingo del tiempo ordinario, el Prelado indicó que por segunda vez en el Evangelio, Jesús “abre el corazón a sus apóstoles como un verdadero amigo” y les señala que será entregado por los hombres, morirá y resucitará al tercer día.
“Mientras el Señor está confiando esta realidad trágica que Él va a vivir, sus amigos comienzan a hablar de otra cosa, no le quieren preguntar sobre este tema; entre ellos comienzan a preguntarse quién va a ser el más importante en el Reino”, señaló.
Mons. Ojea resaltó que los apóstoles comenzaron a discutir sobre el poder, porque ellos “concebían a Jesús como un Mesías que les iba a dar el poder, el poder concreto, el poder temporal”.
“Aparece la vanidad de cada uno; quién va a ocupar el primer lugar, aparecen las comparaciones, aparece el creerse superior al otro, esta cosa tan humana”, agregó.
El Prelado indicó que ellos todavía seguían a Jesús “por una ideología”, pero Cristo “les propone el servicio, el servicio que supera a toda ideología: ‘Entre ustedes el primero debe ser el último de todos y el servidor de todos, el que quiera ser el primero que sea el último de todos y el servidor de todos’”.
“Esto es lo que viene a traer Jesús, no la lógica de la ideología sino la lógica del servicio. Y no el servicio como servir a alguno para obtener beneficios, servir solo a los míos y no a los tuyos, sino el servicio universal”, resaltó.
Mons. Ojea lamentó que actualmente en Argentina se discute sobre poder y no sobre “proyecto de Nación, no discutimos a dónde vamos, no pensamos a dónde tenemos que ir, no nos podemos poner a pensar juntos, sino que discutimos poder; poder mediático, poder económico, poder político”.
“Como los apóstoles, el Señor está clamando atención a lo que le está pasando en su corazón, a lo que va a vivir. Podemos decir; se asemeja a la situación dolorosa de tantísimos argentinos y argentinas”, agregó.
Además, indicó que muchas veces como ciudadanos “caemos solo en la trampa de las discusiones de poder, sin animarnos a pensar juntos lo esencial, hacia dónde vamos”.
“Que el Señor nos ilumine en este tiempo tan difícil, tan complejo y que la Virgen nos cuide y nos tenga de su mano”, concluyó.
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