En la homilía, el Purpurado ha recordado los 62 años de servicio a la Iglesia del difunto Cardenal Marchisano, elogiando su estilo metódico y silencioso. ''Un estilo que recuerda a las abejas que revolotean en el escudo del Papa Urbano VIII, en memoria de su trabajo'', afirmó.
Asimismo, destacó las obras de caridad a las que se dedicó el Purpurado, destacando los más de 30 años de trabajo en el Instituto para los sordomudos y ha dado las gracias al Señor ''por haber dado a la Iglesia a un ministro tan generoso''.
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