"No puedo olvidar aquella noche y los días subsiguientes recorriendo los hospitales", escribió el Pontífice en un mensaje de puño y letra dirigido al Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Mario Poli, que celebró una Misa el 31 de diciembre; y que fue leído a los medios por el P. Jorge Sabaté. "Hoy, diez años después, rezo con ustedes y sigo caminando con ustedes", agregó Francisco.
En el texto, el Santo Padre manifestó su "cercanía y oración" a todos los que participaron de la Eucaristía, que fue predicada por el Obispo de Gualeguaychú (Argentina), Mons. Jorge Lozano.
"Que Jesús los bendiga y la Virgen santa los cuide y por favor no se olviden de rezar por mí", concluyó el Papa.
Por su parte, Mons. Lozano -quien acompañó desde el primer momento de la tragedia a los familiares como Obispo Auxiliar de Buenos Aires-, dijo que "no siempre se trató con cuidado las heridas" que dejó el siniestro que causó la muerte a 194 personas y aseguró que en este tiempo de sufrimiento se conoció "el dolor que sana y el dolor que enferma o agravia".
"Este dolor lo hemos experimentado en la incomprensión, la superficialidad, el maltrato, la descalificación, la injusticia, la indiferencia. En cuántos momentos hemos sentido que éste no es un problema de todos. Como si dijeran: 'Cromañón es un problema de ustedes'", aseveró.
"En fin, hemos sabido del amigo sincero y del falluto. Del que no entiende pero acompaña el misterio, y del que entiende y se hace el distraído", reflexionó.
Mons. Lozano recordó que en ese mismo templo el Cardenal Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco, se lamentó en varias oportunidades porque "Buenos Aires no ha llorado por la muerte de sus hijos" y agregó: "Una ciudad y un país que sigue su camino sin importarle la suerte de sus hermanos que sufren".
Asimismo, sostuvo que "hoy se cumplen ya 10 años de aquella noche fatal que se robó mucha vida joven. Diez años de sufrimientos y desamparos, pero también de gestos de cariño que reconfortan y reaniman".
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