En una carta pastoral, titulada “Hemos sido hechos para grandes cosas”, el Prelado indicó que para ser semejantes a Cristo “se necesita un plan de vida”.
“Con ello quiero decir que necesitamos vivir con un propósito. Nuestras vidas deben ser conducidas por un deseo alegre de trabajar con la gracia de Dios para ser más como Cristo día tras día, año tras año”.
El Prelado afirmó que el progreso se consigue “a través de los buenos hábitos”. Por lo tanto, presentó estas seis prácticas que “han recomendado los santos y maestros de la vida espiritual” y que “puedo decir que han dado frutos en mi propia vida espiritual”.
1.- Ser conscientes de la presencia de Dios
El Prelado indicó que es necesario tener contacto con Dios a través de una sencilla oración al comenzar y terminar el día. En la mañana se le ofrece el día a Dios y en la tarde se reflexiona sobre lo que se hizo en la jornada.
“A lo largo del día, traten de estar conscientes del ‘sacramento del momento presente’. Nuestro objetivo es tener la certeza de que nosotros estamos vivos bajo la mirada amorosa de Dios y que con su gracia es posible hacer todo por amor a Él”, señaló.
2.- Darse un tiempo todos los días para orar
Mons. Gómez recomendó que durante el día es bueno alejarse durante unos minutos de las labores cotidianas, para estar en soledad y quietud con el Señor.
Explicó que el propósito de la oración es llevar al hombre a la presencia del Dios vivo en una actitud de humildad, de amor y alabanza.
El Prelado aconsejó hablar con Dios de forma honesta y simple. “Dile a tu Padre qué te mantiene ansioso, qué quieres hacer por Él. Háblale sobre las áreas de tu vida que quieres mejorar. Dile que lo amas y que quieres amarlo más. Dile que quieres hacer su voluntad, como lo hizo María, nuestra madre”.
También señaló que “la única oración que necesitamos” es repetir el nombre de Jesús durante el día. “Es una hermosa y poderosa oración”.
3.- Leer todos los días un pasaje del Evangelio
Otra práctica que propone Mons. Gómez es realizar la lectio divina. Esta consiste en leer un pasaje de los Evangelios y meditarlo en oración preguntando: “¿Dios, qué me dices en este pasaje? ¿Qué me estás pidiendo hacer?”.
El Prelado indicó que sólo se puede conocer a Jesús a través de sus enseñanzas y de su vida que están reflejadas en el Evangelio.
“Mientras más recemos con los Evangelios, tendremos más ‘mente de Cristo’. Sus pensamientos y sentimientos, viendo la realidad a través de sus ojos”, afirmó.
4.- Asistir con frecuencia a la Eucaristía
El Arzobispo de Los Ángeles recomendó encontrarse con Cristo con frecuencia y buscar oportunidades para orar y adorarlo en el Santísimo Sacramento.
Según Mons. Gómez, lo ideal es ir a Misa durante los días de semana, además del domingo. Recordó que cuando él comenzó a hacerlo tomó más conciencia de la presencia de Dios. Su relación personal con Él fue creciendo cada vez más y se transformó en una profunda amistad.
5.- Hacer un examen de conciencia diario y confesarse con frecuencia
El Prelado afirmó que la confesión frecuente brinda “una sensación de liberación y paz” en el alma cuando los pecados son perdonados.
Mons. Gómez comentó que a lo largo de su ministerio pastoral se ha sorprendido de cómo “actúa la gracia de Dios en la vida de la gente” a través de ese sacramento.
“Participar del sacramento sanador de Cristo es una gracia. Poder pronunciar su palabra de perdón, poder perdonar los pecados en su nombre. No hay mayor privilegio que pueda imaginar, ni algo más hermoso sobre la tierra”, expresó.
6.- Realizar obras espirituales y materiales de misericordia
“Amar es la forma de imitar a Cristo. Necesitamos amar a los otros como Jesús los ama, comenzando por la gente que está más cerca. Empezar por nuestras familias y luego salir”.
El Prelado recomendó servir a Dios a través de los pobres, los abandonados y los vulnerables.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 4 de marzo de 2017
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