Lengua de Señas Mexicana
La comunicación es tan antigua como la vida misma; es la base de la relación de los seres vivos. El ser humano ha buscado y utilizado, a través del tiempo, diversas formas para relacionarse con sus semejantes, pero también con los demás seres vivientes. Desde el hombre primitivo hasta nuestros días, la voz, las manos, las expresiones faciales y los movimientos corporales han sido instrumentos para que se realice esa comunicación. Y los últimos tres, por cierto, son utilizados por las personas con dificultad para escuchar o sordos.
En nuestro país, las personas con discapacidad auditiva utilizan la Lengua de Señas Mexicana, una lengua interactiva, expresiva e instantánea, que les permite compartir sus ideas y desarrollar sus habilidades. La Lengua de Señas Mexicana, además, es patrimonio lingüístico y lengua oficial de nuestra Nación. Por responsabilidad social, necesidad familiar o gusto, muchas personas oyentes han decidido emprender la tarea de aprender Lengua de Señas para ayudar a las personas sordas a tener una mejor calidad de vida.
La invitación
El Curso Básico 1 de Lengua de Señas Mexicana es un Curso presencial de 40 horas, con valor curricular ante la Secretaría de Educación Jalisco. Está dirigido a todo aquel que esté interesado en convivir con una persona con discapacidad auditiva, ya sea en un ambiente laboral o personal. Su principal objetivo es que los participantes aprendan a dar información sobre sí mismos y su entorno. Dará inicio el sábado 11 de marzo, con un horario de las 11 a las 14 horas (sesiones sabatinas). Para mayores informes, habrá que comunicarse por Whatsapp al 33-1176-4598, con Ana Karina Alfaro Sánchez.
Promotor del Método Billings
Sentido deceso del Padre Villaseñor
A punto de cumplir 93 años de vida, y en plenitud de sus facultades mentales, el jueves 9 de febrero del corriente año entregó su alma al Señor el Presbítero Florencio Villaseñor García, quien nació en Guadalajara el 23 de febrero de 1924 y fue ordenado Sacerdote el 1º de noviembre de 1952.
Entre otros servicios ministeriales, fue Vicario Parroquial de Atoyac, Jal. y, en Guadalajara, de San Vicente de Paúl y de San Felipe de Jesús; Profesor y Director Espiritual en el Seminario Menor, Casa de San Martín; Capellán de la Cruz Roja; Tesorero del Consejo Presbiteral; Capellán del Sanatorio Pedro Loza; durante 27 años, Párroco de San Felipe de Jesús y, desde ahí, destacado Promotor, a nivel diocesano, del Método de Ovulación Billings, así como animador de vocaciones, benefactor del Seminario y Fundador de un Asilo de Ancianos.
A partir de su jubilación, fue adscrito a la Parroquia de Jesucristo Obrero y luego a la de Familia de Nazareth, ambas al cuidado de su sobrino, el señor Cura Manuel González Villaseñor.
La Misa Exequial, el viernes 10 de febrero en San Felipe de Jesús, concelebrada por una treintena de Sacerdotes, la presidió el Arzobispo de Guadalajara, Cardenal José Francisco Robles Ortega, quien en la Homilía subrayó que la fe de los cristianos en Jesús Resucitado ayuda a mitigar el natural duelo y le da certeza a la esperanza de trascender a una vida plena e inmortal.
De igual manera, desgranó datos precisos y conceptos elogiosos de la trayectoria pastoral del finado Clérigo (“Padre Chencho”, como familiarmente se le conocía), resaltando en él su fidelidad sacerdotal y un peculiar sentido del humor.
Pese a su edad nonagenaria, el Padre Florencio Villaseñor, en la medida de sus posibilidades, prestó siempre sus servicios ministeriales.
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