De acuerdo a la versión de la dueña de la casa, ubicada en Puerto Montt, a unos 1300 kilómetros al sur de Santiago, los sucesos comenzaron luego de que el 8 de febrero pasado encontrara una bolsa con excremento en su entrada, lo que ella atribuye a una “brujería”.
Los hechos se hicieron públicos cuando la familia que vive en la casa llamó a la policía el pasado 27 de febrero. Uno de los carabineros fue testigo de estos sucesos inusuales. Luego de esto los moradores salieron asustados del lugar y ahora se han quedado en una sede del municipio local.
La casa se mantiene con resguardo policial y aún no se esclarece la situación.
En diálogo con ACI Prensa, el exorcista chileno, P. Luis Escobar, dejó en claro que “no conoce el caso en profundidad” y le llama “profundamente la atención porque se ha mediatizado mucho el tema, lo han utilizado mal”.
“No creo que allí haya algo muy sano. Normalmente, las personas afectadas por estos sucesos mantienen bajo perfil precisamente, por el sufrimiento que esto les provoca” y “los medios han confundido más a la comunidad. Y ¿Quién provoca la confusión? El demonio”, aseveró el P. Escobar.
A juicio del sacerdote que pertenece a la diócesis de Rancagua, la opinión pública no debe centrarse en estos temas ya que “hay otros dramas sociales más urgentes que resolver como el flagelo de las drogas en los jóvenes y la cesantía”, entre otros.
El presbítero precisó que este tipo de fenómenos son “provocados por ritos esotéricos como el llamado de espíritus a través de la ouija, pactos de sangre, ritos satánicos, maleficios o brujerías”.
Como consecuencia, los objetos son “infestados” de demonios, que podría ser el caso, o bien las personas son “poseídas, vejadas u oprimidas”, algo que no sucede en este caso.
El sacerdote y teólogo especializado en demonología, P. José Antonio Fortea, describe en su libro Summa Daemoniaca que “la infestación es el fenómeno por el que un demonio posee un lugar. El demonio al poseer un lugar puede mover cosas a voluntad o provocar ruidos u olores”.
El P. Escobar recomendó descartar todo tipo de patologías psiquiátricas o psicológicas graves, pero sobre todo, alentó a orar mucho.
“Hemos perdido la fe en la oración. La gente reza pero no creyendo. Hoy los católicos estamos tibios, nos hace falta orar más, creer más, recuperar las devociones y la práctica sacramental: confesarse, ir a misa, comulgar, leer la Palabra de Dios, conocer la doctrina de la Iglesia, hacer el bien, fundamentalmente: amar”, explicó.
El Arzobispado de Puerto Montt prefirió abstenerse de dar declaraciones sobre estos hechos hasta conocer con claridad el origen de los hechos.
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— ACI Prensa (@aciprensa) 1 de marzo de 2016
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