En el texto, el Pontífice destacó que las bodas de oro sacerdotales del Purpurado se dieron durante la Solemnidad de la Asunción de la Santísima Virgen María y que durante todos estos años “has actuado con gran diligencia en el desempeño del sagrado ministerio”.
“Te enviamos de todo corazón esta carta para manifestar nuestra alegría y la fraterna comunión con la cual estamos unidos en el episcopado (…), deseamos felicitarte en esta ocasión por la labor realizada, y recordar los momentos más importantes de tu apostolado”, expresó en la carta firmada el 5 de julio y difundida este viernes 18 de agosto.
El Papa también recordó la formación sacerdotal del Cardenal Urosa en el Seminario Mayor Interdiocesano de Caracas, su pasado por el Seminario de San Agustín de Toronto (Canadá); y la obtención del grado de Doctor en Teología Dogmática en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
“En 1967 recibiste el sacerdocio para servir a la Iglesia Metropolitana de Caracas, donde fuiste profesor y superior en el Seminario de San José y luego Rector del Seminario Interdiocesano de Santa Rosa de Lima”, recordó.
Además, destacó que fue nombrado Obispo Auxiliar de Caracas por San Juan Pablo II en 1982, posteriormente Arzobispo Metropolitano de Valencia y luego Arzobispo de Caracas. “Benedicto XVI te incorporó al Colegio de los Padres Cardenales, con el título presbiteral de la Iglesia de Santa María de los Montes”, señaló.
“Unido a Dios en el cumplimiento del oficio pastoral, dotado de espíritu de servicio, preocupado por las cosas sociales y fiel al magisterio de la Iglesia y del Sumo Pontífice, has trabajado para que los fieles a ti encomendados fuesen solícitos en la caridad, alegres en la esperanza, y sólidamente fundados en la fe, asiduos también a las mesas del pan eucarístico y del Verbo divino, ‘por quien fueron hechas todas las cosas’”, destacó.
En ese sentido, Francisco invitó al Cardenal Urosa a regocijarse en Dios, “que te colmó de dones celestiales”.
Francisco le aseguró al Purpurado que en el día de su aniversario, desde Roma estuvieron presentes “espiritualmente, sobre todo con nuestras preces” con las que pidieron “intensamente por ti, benemérito prelado, al Buen Pastor, por la intercesión de Nuestra Señora de Coromoto, madre celestial y reina de la amada Venezuela, dones celestiales y años llenos de alegría, consuelo y paz”.
“Habiéndote comunicado con gusto estos sentimientos, Venerable Hermano Nuestro, con gran afecto impartimos la Bendición Apostólica a ti y, a través tuyo, a la queridísima comunidad eclesial caraqueña, pidiéndoles oraciones por Nosotros y nuestro Ministerio Petrino”, culmina la carta del Santo Padre.
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